Este post está escrito en dos idiomas y dividido para facilitar la lectura.
Guao. El título de éste post tiene una intensidad bastante marcada, además de que sé que terminará resultando en un pedazo que lleve un mensaje demasiado personal, pero siempre me ha gustado ser una persona honesta y transparente. He pasado varios días trabajando en mí y, siempre que hago referencia a trabajo, me refiero a mejorar indiscutiblemente como persona. En todas esas tareas siempre venía el mismo pensamiento con la misma sensación: juzgarme por medio de las palabras de los demás.
Hoy sentí rabia y rencor, la verdad fue un sentimiento que me recorrió la vida de la nada, llegó tan rápido que no pude evitarlo. Siempre que suceden estos episodios comienzo una conversación conmigo misma, necesito saber de dónde viene, qué es lo que origina éstas sensaciones. Supongo que llega un punto que mi cerebro se acobarda tanto que simplemente no desea recordar.
Hoy estuvo a punto de conseguirlo, pero más fortaleza tuve yo al forzarlo a hablar, que soltara toda esa información que me tenía el pecho atrapado en sensaciones extrañas, fue entonces cuando habló.
Hay etapas en mi vida de las cuáles no me enorgullezco, muchas de ellas estuvieron plagadas de episodios que inevitablemente permití sólo porque no sabía frenar las situaciones, adiviné inmediatamente por qué era. Llevaba tatuado en el alma esa sensación de rechazo, simplemente indeleble, llevarlo durante tanto tiempo en el inconsciente me hacía reaccionar y acceder a situaciones que simplemente yo no merecía (rogar amistades, señalarme como lo hacían otros, insultarme como lo hacían otros).
Cada vez que hablaba de alguna persona que participó en todos esos escenarios, instintivamente venía la rabia como si fuese un plato de desayuno, el rencor se instauraba en todas mis células y de ese dolor nadie podía sacarme (aunque para ese entonces, yo no comprendía por qué). Hoy fui sincera y supe que tuve que escarbar, debía llegar al meollo de todo éste asunto. Escribiendo y escribiendo mi cerebro comenzó a darme las pistas del por qué de todas esas sensaciones, cuando llegué a ella las lagrimas no pudieron contenerse, ahora sí que lo comprendía todo.
Me tocó tomar responsabilidad sobre mi vida y mis actos desde muy temprano, además de que yo siempre quise jugar el papel de ser un adulto, comencé a trabajar a los 17 años, exponiéndome a un mundo laboral rodeada de verdaderos adultos. Mi personalidad aún era explosiva y seguía teniendo algunos berrinches de adolescente, las personas comenzaron a señalarme, intenté encajar en todos los ambientes, comportarme de la manera correcta y, sólo continuaba recibiendo sobrenombres despectivos a cambio.
Por querer ser una persona amable con todos, terminé recibiendo ese tipo de humillaciones en dónde te llaman rápidamente una chica fácil. Entonces pretendí ser una persona áspera, alguien con mucha frivolidad y poca actividad social, para que terminasen llamándome inclusive hasta basura. Se quedó en mis pensamientos, se quedó clavado en el alma y se convirtió en un dolor que me perseguía a cada nada. Apenas tenía 18 años pensaba, sin embargo, en mi papel de querer ser adulto y responsable por mí misma, lo dejé pasar.
Inevitablemente era el pensamiento que ahora yo tenía de mí y, empecé yo misma a ser mi verdugo, participaba en mis propios linchamientos mentales junto al río de personas que lo hicieron en el pasado. Sólo qué únicamente podía identificar la sensación, más no el origen, hasta hoy.
Qué difícil ha sido todo esto, pero supongo que ha sido lo mejor para mí el tener que llorarlo todo hoy. No quiero ser mi verdugo y sé que no soy todo aquello que decían ellos, también comprendo que eso no los convertía jamás en malas personas, simplemente se han reflejado en mí. La opción más adecuada es perdonar. En el fondo los comprendo, no es fácil afrontar la vida, nunca tenemos un manual para aprender a vivirla.
Tuve que retroceder en mi línea de tiempo y ser yo quién me diese el abrazo que quizá a mis 18 años necesitaba, ser las palabras que jamás escuché de la boca de nadie, saber que no era nada de eso y que ellos también estaban aprendiendo. Recordarme todas las cosas que sí soy, las cosas que logro y las que puedo continuar logrando. Ha sido un nudo que me ha tocado desenlazar hoy por la tarde, lavando la ropa o tendiendo la cama, estas situaciones vienen bastante desprevenido la verdad.
Siento como si hubiese abierto varias celdas y los he dejado salir a todos, así se siente perdonar la verdad, quitarles aquella soga a todas aquellas personas. Además de que también la he quitado de mí.
Sabía que todo esto terminaría siendo algo demasiado intenso, supongo que el título ya me delata, sin embargo ya no es algo que importe porque he aprendido a soltarlo.
Wow. The title of this post has a pretty strong intensity, plus I know it will end up in a piece that carries too personal a message, but I've always liked to be an honest and transparent person. I have spent several days working on myself and, whenever I refer to work, I always refer to unquestionably improving myself as a person. In all those tasks always came the same thought with the same feeling: judging myself through the words of others.
Today I felt anger and resentment, the truth was a feeling that ran through my life out of nowhere, it came so fast that I could not avoid it. Whenever these episodes happen I start a conversation with myself, I need to know where it comes from, what causes these feelings. I guess there comes a point where my brain gets so cowed that it just doesn't want to remember.
Today he was about to do it, but I had more strength to force him to talk, to let go of all that information that had my chest trapped in strange sensations, that's when he spoke.
There are stages in my life of which I am not proud, many of them were plagued with episodes that I inevitably allowed only because I did not know how to curb the situations, I guessed immediately why it was. I carried that feeling of rejection tattooed in my soul, simply indelible, carrying it for so long in my unconscious made me react and agree to situations that I simply did not deserve (begging for friendships, pointing at me as others did, insulting me as others did).
Every time I talked about someone who participated in all those scenarios, instinctively the rage would come as if it were a dish for breakfast, resentment would settle in all my cells and no one could get me out of that pain (although at that time, I did not understand why). Today I was sincere and I knew I had to dig, I had to get to the heart of the matter. Writing and writing my brain began to give me the clues as to why all those feelings, when I got to it the tears could not be contained, now I really understood everything.
I had to take responsibility for my life and my actions from very early on, besides the fact that I always wanted to play the role of an adult, I started working at 17, exposing myself to a working world surrounded by real adults. My personality was still explosive and I still had some teenage tantrums, people started to point at me, I tried to fit in every environment, behave the right way and, I just kept getting derogatory nicknames in return.
Because I wanted to be a nice person with everyone, I ended up receiving that kind of humiliation where they quickly call you an easy girl. So I pretended to be a rough person, someone with a lot of frivolity and little social activity, so that they ended up calling me even trash. It stayed in my thoughts, stuck in my soul and became a pain that haunted me at every turn. I was barely 18 years old I thought, however, in my role of wanting to be an adult and responsible for myself, I let it go.
Inevitably it was the thought I now had of myself and, I began to be my own executioner, participating in my own mental lynchings along with the river of people who had done so in the past. Only that I could only identify the feeling, but not the origin, until today.
How difficult all this has been, but I guess it has been the best thing for me to have to mourn it all today. I don't want to be my executioner and I know that I am not all that they said I was, I also understand that this never made them bad people, they just reflected me. The best option is to forgive. Deep down I understand them, it is not easy to face life, we never have a manual to learn how to live it.
I had to go back in my timeline and be the one who gave me the hug that maybe at 18 I needed, to be the words I never heard from anyone's mouth, to know that I was nothing like that and that they were learning too. Reminding me of all the things I am, the things I accomplish and the things I can continue to accomplish. It has been a knot that I have had to untie today in the afternoon, washing clothes or making the bed, these situations come quite unprepared the truth.
I feel as if I have opened several cells and I have let them all out, this is how it feels to forgive the truth, to remove that rope from all those people. Plus I've taken it off me too.
I knew that all this would end up being something too intense, I guess the title already gives me away, however it is no longer something that matters because I have learned to let it go.