Guatapé “laguna de lágrimas”

Con esta reflexión en nuestra cartilla de turismo por Colombia, nos adentramos en una nueva aventura, -la piedra del Peñol, es única por su mirador, donde podéis apreciar un cuadro natural, que ofrece múltiples actividades y disfrutes; pues desde ella, se divisa todo el embalse y la ciudad de Guatapé, elegida entre las 30 ciudades más bellas del mundo-

Por ser amantes de la naturaleza, nos hemos dejado contagiar de las referencias del oriente de Antioquia, al final fue una buena opción para pasar unos días. Subir a la enorme piedra de más de 600 escalones, es toda una locura por las vistas exuberantes de la represa y las islas; que sirven de escenario para variedad de actividades acuáticas; los barcos con varias opciones para practicar deportes, invitan al disfrute o al aprendizaje.

El impacto a la vista de las maravillas naturales, tal y como lo afirma el filósofo, son grandiosas. Sin embargo, al adentrarnos en la historia de estos paisajes, quedé perplejo, pues el embalse fue el producto de la inundación del pueblo el Peñol; los habitantes antiguos siempre la llamarán “laguna de lágrimas”

Cuentan ya los hijos de aquellos abuelos, que hacia 1926 se pensó en suministrar energía a esa región del país, algo natural o industrial, como las conocidas hidroeléctricas. Sin embargo, les pareció mejor convertir el río Nare en el dolor de toda una población. Claro, no se dijo en esos términos, pero fue el golpe mortal de aquellos habitantes, que estaban acostumbrados a sembrar su maíz para las arepas; -el llanto, las protestas, no se quisieron oír-

Dice la historia que no fue de inmediato el trastorno para la población, en el año 1957 se terminaron los estudios y en 1978 se hizo la inundación, construyéndose el embalse -El Peñol, Guatapé- a costo de mucho dolor, fue creado. Algunas veredas cercanas también fueron afectadas, para esos tiempos que dependían de la agricultura; hoy día, ya saben vivir de la nueva pesca y del turismo; que deja buen margen comercial, a la nueva generación.

Por tanto, a todo el ambiente fluvial se le conoce como -léntico- que quiere decir que los cuerpos de agua están encerrados, pues permanecen sin fluir; aguas casi estancadas sin ningún flujo de corriente interna; al igual que los lagos o pantanos. -Guatapé y el Peñol- aún sigue en construcción, pero por el turista amante de lo bello, que llega de todas partes.

Concluyendo podemos decir que es un buen destino, para las actividades acuáticas, que están bien desarrolladas, se alquilan embarcaciones diferentes, para hacer recorridos, para pescar, para ir al colorido pueblo y degustar la arepa típica, la mazamorra paisa; deleitarse con los dichos populares y la cálida atención, todo bajo el embrujo de un suave café; y como dijo Henri Matisse: “siempre hay flores, para aquellos que quieren verlas”