Iguazú, todo su esplendor

Cuando se inicia a coquetear sobre algún destino a visitar, lo más prudente es localizar información del lugar, los trámites de visado y aduaneros, pues desafortunadamente las fronteras, tienen sus reglas y restricciones. En los centros comerciales a veces aparecen supuestas promociones que nos invitan a viajar, a conocer el mundo y sus maravillas; el equipo dejando huella, les compartirá una de las 7 maravillas del mundo, quizás antiguo.

Yo diría moderno, pues el esplendor de las cataratas Iguazú, es fantástico, pues se involucran todos los sentidos. Recuerdo al joven arquitecto, el primero en aquella promoción; se ha ganado todos los honores del mejor cerebro de la educación. Se hubo ganado el viaje a las cataratas y al estar contemplando, los estruendos de las caídas de agua, le preguntaron. ¿Qué le parecen? -a lo que contesto: ¡Están bien, pero se pueden arreglar!

Consideradas como -Patrimonio Natural de la Humanidad- desde 1986. Los que somos sensibles a la Creación majestuosa de Dios-Eterno, podemos decir que son regalos de una mano excelente. La primera impresión que se puede sentir es que se eriza toda la piel, es impresionante como las fuentes de aguas que golpean todo el tiempo no paran de nacer y caer, el vapor del agua, parece hielo intenso, un interesante espectáculo para los sentidos.

Entre 2011 y 2012 gracias a las nuevas tecnologías que ayuda a desarrollar la Internet, más de 200 millones de personas en todo el mundo conectado a la web, votaron para que fuesen confirmadas como una las 7 maravillas de la naturaleza; claro, dejando por fuera otras bellezas, en diferentes escenarios del mundo. Llegar allí, dependerá de donde partamos, pues, las fronteras brasileras y argentinas, comparten este sin igual escenario natural.

Para resumir brevemente, decidimos partir por Buenos Aires, al escucharnos hablar, se nos ha pegado la tía Shirley, que buena compañía. Una vez organizar los gastos y las fechas, para dejar asuntos resueltos o recomendados. Los amantes de la vida natural, siempre van a querer embarcarse en estas vivencias. Luego de llegar a la capital, nos esperaban casi 18 horas de travesía en autobús, para llegar a la estación del poblado, -Puerto de Iguazú-

Las horas bien aprovechadas, nos mantuvieron en vilo, dormimos poco; contemplamos los mapas turísticos, observábamos los sembrados de avena, los amarillos de las alfalfas; hay más planicie que montaña, en todo el recorrido; sin embargo, todo cambio cuando leí la leyenda de amor imposible que guardan las cataratas; a mi manera de como la vi, la compartiré en el próximo.