La maldad existe, es así, aunque suene un poco deshumanizador, pero existe, y es innegable. Hace poco hablaba con una amiga con respecto a esto, porque ella tiene dos hijas, una de ella es muy pilas, tiene siempre una energía impresionante, es pícara, es una niña de 4 años que cas vuela,y puedes hablar tranquilamente con ella con mucha tranquilidad, pasa de un tema a otro, dentro de su nivel, claro está, maneja el doble sentido, entre otras cosas que considero está muy elevado para su edad.
En cambio, tiene una hermana mayor, que ya tiene 6 años, pero es el polo opuesto, es muy fantasiosa, conversa, claro, pero en sus palabras se nota mucho la fantasía, el hecho de que el mundo es rosa, de que no hay maldad alguna en ella, si se imagina que pudiera ocurrir algo malo, ya es suficiente para que pueda ponerse a llorar de manera desconsolada, pues, sé que es una niña, pero en comparación con su hermana menor, que son hijas de los mismos padres, que viven bajo el mismo contexto, la diferencia es abismal.
Sé que a los niños y niñas no se les debe hablar de maldad, debemos protegerlos siempre, pero, vivimos en un mundo muy duro, en el que un alma noble puede ser lastimada fácilmente y sin ningún tipo de compasión. Son niñas, y por ahora están bajo la tutela y el resguardo de sus padres, pero crecerán, y se darán cuenta de algunas realidades que quizás nunca imaginaron, y me pregunto ¿Cómo prepararlas para esas realidades? no es fácil la labor de esa madre, porque independientemente de que tiene ayuda del padre, no es algo muy fácil de llevar.
Estuvimos hablando por largo rato al respecto, le dije lo que pensaba, porque nos tenemos confianza, pero incluso sólo de pensarlo se me hace bastante difícil. En cierta forma, en el caso de los niños ese es un tema más fácil, creo que por normal general aunque no definitiva, el sexo masculino por cuestiones de naturaleza es siempre más competitivo, incluso las hormonas favorecen esa conducta, por lo que incluso de manera natural suelen estar un poco más protegidos en ese aspecto.
También hay un factor social condicionante muy importante que puede predisponer a estas conductas, incluso en los niños el peso sobre su mente de lo que son las series de televisión, las caricaturas, entre otros programas pueden establecer algunas ideas en sus cabezas que por cuestiones de edad son muy maleables...
