CÓMO HE PODIDO VIVIR SIN TÍ

in vidapersonal •  6 years ago 


*Mi hija Naleiza el dia de su graduación como Médico Veterinario, acá la historia de cuando vino al mundo.

Ingresé al nosocomio victoriano aquel sábado veintinueve de agosto del año mil novecientos ochenta y seis, con una pequeña maleta de manos y el corazón palpitante de emoción.
La dulce y anhelada espera casi llegaba a su fin.

Llegue a la recepción, subí por las escaleras por el temor que había dejado en mi el encierro en un trece avo piso dentro de un ascensor aún hacia mella en mi humanidad.
Llegué uff casi sin aliento, claro que llevaba en mi abultado vientre una hermosa bendecida carga.
La enfermera de guardia no me hizo esperar, con diligente atención me condujo a la sala privada donde un alto y buenmozo doctor con su impecable bata blanca me auscultó... Silencio bromeó con la enfermera, le dijo tiene cuatro centímetros de dilatación llevala a pre- parto, colocarle un sintocinol y allí espere y espere con la emoción a flor de piel por que anhelaba ver tu carita por nueve meses gestada.

Se alargó el día, siete de la noche y tu aún sin querer salir de la comodidad que te producía la tibieza de mi vientre. Mujeres iban y venían, una de ellas me permitió presenciar el hecho natural mas noble y hermoso de ver aflorar la vida desde sus entrañas.

Ya me sentía inquieta casi las nueve de la noche, con dos botellas y no precisamente de vino corrían por mis venas y tu ni señal de querer salir...

Vino una enfermera con una larga varilla, con la que rompió la membrana o como llamamos en el argot de las comadronas la fuente, entendí en ese momento porque le llamaban así...

Una gran cantidad de liquido salio de dentro de mi y que me baño hasta el cabello, sabanas, bata y todo cuanto tenía al rededor, comenzaron unos pequeños pero tolerable dolores en el vientre y la cadera.

Ya casi la media noche me subieron a una camilla, me sacaron al pasillo y allí estaba mi madre ella oraba y pedía a la virgencita de la Coromoto para que nos sacara con bien de aquel trance inesperado porque desee hasta último momento traerte al mundo de la forma mas natural para que ese momento de tu llegada fuese la mas natural posible, pero una cosa es la que uno quiere y otra la que la vida te tiene reservada.

Así llegué al quirófano, introdujeron una larga aguja en mi columna vertebral, llego el Doc. Buenmozo Luis Felipe Guevara, el, mientras abría una puerta en mi vientre para abrirle paso tarareaba una canción de moda... Como he podido vivir sin ti hasta este momento.

Nació de una rosa una princesa.
Naleiza Coromoto, de un cuento de hadas!...
Con amor, entusiasmo y alegría fue su llegada el treinta de agosto a las doce y cinco de la madrugada.

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