La vida avanzaba y en una parte de mi subconsciente pensé de forma errada que para protegerme y evitar ser objetivo de los aberrados sexuales debía deformar mi cuerpo, ser fea para que no me lastimaran, así que aumento mi ansiedad engordé tanto pero irónicamente aun seguía siendo objeto de propuestas obscenas pero no de jóvenes sino de hombres mayores, no era suficiente mi protección porque me convertí en el común de, "todas las mujeres gorditas son hermosas de cara", hablarlo hacía que mucha gente dijera que me quejaba mucho o se burlaban, como si más bien tuviera que agradecer el hecho de que alguien se fijara en mi, eso provocó que siempre sea reservada con el tema.
Dentro de las amistades esos temas se vuelven tabú, solo se comentan las cosas buenas, porque hay una creencia extendida socialmente de que si hablas de lo malo "lo atraes", mientras que contar con mi familia tampoco es opción ya que por ser de bajos recursos implico una especie de maldición generacional con la cual ellos prefieren no tener ningún tipo de contacto para que Dios no se enoje y siga haciéndolos prósperos, al parecer les funciona ese cristianismo clasista.