Como lo prometido es deuda, continúo con mi historia... La mala racha comenzó a muy temprana edad, tendría como 7 u 8 años cuando un día el transporte del colegio me dejó en casa de una vecina porque mi madre y mi abuelo no estaban en casa, ella se ofreció y la señora del transporte no desconfió, dicha vecina contaba con 3 hijos varones todos; la estancia por un buen rato estuvo tranquila, me dio almuerzo y me dijo que jugara con su hijo menor, pero el no quiso así que me quedé en la sala de la casa mirando a la puerta para ver cuando pasara a casa mi madre o mi abuelo, no sé cuanto tiempo estuve esperando, pero luego el hijo mayor, que en ese entonces estaría en secundaria o bachillerato comenzó hablar conmigo y decirme que el recordaba cuando yo estaba más pequeña, luego se me acercó y comenzó a tocarme el cabello, luego paso a mis piernas, diciéndome que el recordaba cuando me cambiaba los pañales, en ese momento sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, que no era apropiado, además mi familia no era tan cercana a la suya como para que él me cambiará los pañales, recuerdo que estaba allí tensa sin saber que hacer, pensando que si gritaba podría hacerme daño porque era mayor que yo, pero no quería que me lastimara, pero como cosas de Dios, en ese momento de incertidumbre miré hacia la puerta y vi como iba pasando mi madre y más atrás mi abuelo, eso hecho me dio fuerzas para gritar ¡mami! y levantarme hacia la puerta rápidamente.
Obviamente este chico se apartó y se fue a su habitación, mientras venía su madre abrir la puerta para irme con mi familia, pero sentí angustia y miedo en ese momento; otro capitulo que recuerdo marcó mi infancia fue que mi madre me cambió en el 2do lapso de 6to grado de un colegio a una escuela pública, el hecho no fue tanto la adaptación de un grupo nuevo con desconocidos, que también fue difícil, sino el hecho de que un día en el comedor de la escuela no me querían dar el almuerzo porque dijeron que estaba muy gordita, asumo que los adultos luego de ver que dijeron eso delante de mi, se dieron cuenta de mi expresión y terminaron dándome el almuerzo, claro ya luego no me llevarían más... Eso marcó mi existencia, porque no entendía que ellos me hicieran sentir que no tenía el derecho de comer porque estaba obesa sin saber si mi "gordura" era de algún problema hormonal, simplemente me juzgaron sin basamento; luego cuando crecí descubrí que mi obesidad era por ansiedad, debido a lo que había vivido, además de saber que mi padre biológico era un alcohólico y violento, aunque nunca vivió conmigo ese momento en que me enteré de eso no se borra de mi mente, adicionando otros detalles familiares que me reservaré.