Un año después de aquel terrible episodio Venezuela entra en su fase más caótica, oposición y gobierno comienzan una guerra de poder quedando en el medio la sociedad y siendo la más afectada... el país ya venía mal, nada se estaba consiguiendo el dinero no alcanzaba, la comida también era poca, todo solo fue a peor, comenzaron las manifestaciones en la calle, los saqueos sin sentido, un momento muy difícil, el efectivo era una cuesta arriba de conseguir, recuerdo que adelgacé mucho, me veía enferma, la ropa también muy deteriorada y apenas comía 3 cucharadas de arroz en el desayuno y la cena (no exagero, los conté), para poder ahorrar la comida y que comieran mejor los demás de la casa.
Muchos inocentes muriendo por querer exigir mejoras, los oficiales contra el pueblo cuando se suponen deben protegerlos, unos gobernantes con vendas ante toda la violencia y una sociedad cambiando, volviéndose más tosca, más fría, más indolente, más inhumana. Comenzaron muchas migraciones en masa, familiares, amistades, que quizás no se volverían a ver por años, estar en esa incertidumbre no era sano, un estrés constante de estar en peligro, pensando en qué la vida no podía ser más injusta al tener que pasar por eso cuando cualquier profesional joven en otro país estaría llevando una vida mejor, tranquila y abasteciendo sus necesidades más básicas.