La antigua y muy reconocida frase "La Curiosidad Mató al Gato", es un refrán aleccionador que se basa en la curiosidad intrínseca de los gatos. En líneas generales, la genial locución se usa para advertir a alguien que está indagando o "curioseando" sobre asuntos peligrosos, delicados o que no son de su incumbencia. De hecho, este refrán se refiere a lo inadecuado de "curiosear" exageradamende en algo que no sea de la competencia del "curioso".

"La Curiosidad Mató al Gato" ("curiosity killed the cat") es una interesante frase de advertencia que proviene de una expresión inglesa de la época medieval (“care kills a cat” = “La preocupación mata al gato”). Tal como se puede observar, indica que preocuparse en exceso no es aconsejable porque eso sí te puede causar la muerte.

Posteriormente, con el transcurso del tiempo, la palabra preocupación (care) derivó en curiosidad (curiosity), porque los gatos ciertamente son curiosos; pero, se resalta que la curiosidad no necesariamente le causará la muerte a una persona, pero la preocupación excesiva sí le puede ocasionar la muerte a alguien.

¿Qué es la Curiosidad?

Etimológicamente, el vocablo Curiosidad tiene su origen en el latín "curiositas", y se refiere a la intencionalidad, actitud y voluntad por descubrir algo desconocido; con la salvedad que dicha acción se basa en cosas que a la persona no necesariamente le conciernen o no le tendrían que importar.

Normalmente, se entiende que la Curiosidad es una conducta natural de todos los seres humanos y en general de todos los animales. Las personas generalmente contemplan factores psicológicos, intelectuales, emocionales e instintivos para activar su Curiosidad en la búsqueda de información que cubra su interés, necesidad o confirmación.

La Curiosidad bien entendida y mejor llevada a cabo, es un buen punto de partida para el idóneo desarrollo personal, intelectual, educativo, artístico, científico, tecnológico, social, laboral y profesional; porque nos provee ese necesario impulso que fomenta el "saber más", el aprender cosas nuevas y el no conformarmos con informaciones someras, "actos de fé" o "no me importa" que nos dejan atrapados en la ignorancia; porque la Curiosidad nos orienta a indagar los ¿qué?, ¿por qué?, ¿cómo? y ¿dónde?, entre otros, que nos ayuda a alcanzar adecuados resultados de conocimiento específico sobre el hecho a indagar.

No obstante, la excesiva Curiosidad puede derivar en un comportamiento o actitud peligrosa, temeraria, dañina, beligerante o violatoria de la intimidad y riesgosa a la salud o vida del curioso o de sus semejantes; lo cual representa algunos de los extremos en los cuales la Curiosidad no es buena consejera.

Curiosidad y Filosofía

En primer lugar, es necesario aclarar que Filosóficamente la metáfora de uso popular “La Curiosidad Mató al Gato”, no representa una negación a "curiosear"; de hecho se resalta que la Filosofía está entrelazada etimológicamente con el "amor por la sabiduría" y para alcanzar dicha sabiduría es preciso indagar y "curiosear".

Es decir, en este mundo tan amplio, ajeno y complejo, aún existen millones de "rincones" y sabidurías por descubrir; cuestión que se puede lograr cada vez que la Curiosidad se activa en torno a las cosas que están a nuestro alrededor, para incrementar nuestro entendimiento y comprensión.

Para la Filosofía, la Curiosidad se entiende como ese impulso natural y necesario, que se debe mantener activo en la búsqueda de la sabiduría, la evolución y mejora mental, la experiencia concreta y el verdadero conocimiento; para educarnos como personas más inteligentes y aptos para la supervivencia y subsistencia de nuestra especie; aunado al fomento de la creatividad, imaginación, inventiva, innovación y desarrollo de cosas nuevas.

Curiosidad y Sabiduría

En este contexto, se resalta que así como los días van pasando inexorablemente, con ellos aparecen nuevas oportunidades para descubrir, aprender cosas nuevas y "saber más"; tal como lo hicieron y lo siguen haciendo los grandes genios de la humanidad.

Curiosidad y Sabiduría, de eso se trata este binomio, de recuperar o mantener ese espíritu curioso por obtener mayor sabiduría diariamente, tal como cuando éramos niños y pasábamos la vida preguntando e indagando; porque no debemos ser tan conformistas, es necesario el aprendizaje continuo de las muchas cosas aún nos quedan por descubrir.

Para finalizar, he de mencionar que diversos estudios Psicológicos, Médicos y Científicos se han realizado sobre este tema, y entre los muchos resultados obtenidos, se ha demostrado que las personas muy curiosas, son proclives a disfrutar de grandes niveles de satisfacción, felicidad y éxito en la vida; con actitudes que se orientan a tener experiencias personales, interpersonales, familiares y sociales más positivas, verdaderas y duraderas.

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