FUENTE

Esta es mi participación al concurso convocado por @rayuela2. Una breve crónica sobre el antiguo bar "El Chorrito" que fue testigo de muchas horas gratas de alegría y jolgorio en la Villa de Cura de antaño. La imagen es una foto solo referencial que tomé de internet.

Al costado derecho siguiendo la flecha por la calle Sucre, cruce con calle Rivas Castillo estaba situado el “Bar El Chorrito”, una cuevita que fue inspiración de poetas y despechados. Nosotros cuando éramos jóvenes llegados a dieciocho años de edad entrábamos a este rinconcito como río crecido a los conucos. Su antiguo dueño el señor Andrés Gómez, un hombre muy atento y cordial mandaba a pintar sus paredes y puertas todas de color verde, porque se decía que el hombre era afecto al partido democrático Copey. El mismo Andrés era quien servía y atendía las mesas, las cuales vivían llenas de gente de alegría contagiosa recreándose de anécdotas.

Es bueno recordar que antiguamente en la población de Villa de Cura el agua no venia por tubería de acueducto, sino que se cogía de pilas o fuentes colocadas en algunas esquinas, o a mitad de la cuadra. No poseo ninguna evidencia o información veraz pero es muy probable que como allí existía una fuente del preciado líquido, se derive el nombre del negocio y de la esquina “El Chorrito”.

Detrás del mostrador un hombre bajo, de voz nasal, virtuosísimo echando cuentos del acervo cotidiano y mamador de gallo llamado Andrés Gómez, que por su trato franco y simpático cosechó muchas amistades. La presencia frecuente de la muchachada que jugaba beisbol los arreglaba con guarapo de limón y panela que preparaba Gómez para la venta.
Cómo no recordar las veces llegaba una tromba de jóvenes liceístas luego de haber cumplido con su horario de clase y ordenaban: ¡Rafael, danos una tanda de cerveza y un bolívar sencillo para la rokola! Y empezaba el bachiller Francisco Ojeda, como eterno despechado a puyar una selección de discos en las voces de Julio Jaramillo y el Indio Araucano. Marcaba dos y tres veces un tema de Héctor Cabrera que se titula “Te necesito”; y de Alfredo Sadel “Reloj·…Reloj, no marques las horas”. Durante otros intervalos seleccionaba música criolla, interpretada por Mario Suárez y Magdalena Sánchez. La monedita de pura plata (un bolívar) que aun no había sido devaluado daba derecho para escuchar cinco canciones elegidas. Recuerdo que en muchas oportunidades llegaba un mozo trigueño a recitar de memoria versos de Andrés Eloy Blanco, con una voz que iba más allá de las nubes.

Abrumado por el tiempo y la soledad se encuentra hoy este botiquín en la calle Sucre de Villa de Cura. Fue destruida la casa que albergaba originalmente las instalaciones del bar, en su lugar existe ahora una vivienda moderna de bloques y platabanda. Se mudó al frente con nuevo propietario, pero debido a la situación que se está padeciendo, está convertido en un caserón vacío de puertas clausuradas. Es muy probable que algunos habitantes de vieja data guarden en la memoria este sitio de grato encuentro y diversión de la bohemia villacurana de los años 60-70.

La Villa de San Luis, agosto de 2018

Participa en este concurso transgenérico siguiendo las bases que se encuentran en el siguiente enlace:https://steemit.com/villadecura/@rayuela2/ii-concurso-estampas-de-villa-de-cura-transgenerico-texto-foto-video-pintura-o-dibujo