Empezar a pensar.

Para nadie es un secreto la grave crisis política, económica y social del país, pero más allá, existe una gran incógnita por resolver, y es; ¿Cómo solucionamos esto? Son muchas las personas que se han ido, y muchas quiénes tenían el potencial necesario para revertir la actual situación, “Se nos fue el talento humano”, Pero queda gente que aún tiene esperanzas y sigue apostando por el país, aunque este esté bastante deteriorado. Pero, ¿cómo esas personas siguen en este país? La verdad, no lo sé, pueden ser muchas las respuestas, así como que no se van por miedo, porque tienen algo aquí que precariamente obtendrán en otro país, o cualquier excusa que consigan, pero la verdad es que muchas de las personas que aún permanecen en el país lo hacen porque siguen teniendo esperanza, el grave problema es que esos venezolanos, están esperando el milagro, es decir, que el gobierno cambie por medidas de presión internacional o acciones militares internas. El verdadero problema es que el cambio no se dará si seguimos pensando de esa manera. El cambio inicia en una persona por la mínima necesidad de querer algo diferente a lo que tiene, pero en Venezuela esto no puede pasar, ¿Por qué? Son pocos los venezolanos que han salido del país y han observado otro estilo de vida y de organización, totalmente diferente al actual e incluso al que se llegó a tener algún día. Entonces, para generar un cambio social, porque debe haberlo, tiene que haber un cambio de pensamiento, es decir, que primero, los venezolanos dejen de esperar, es fundamental que los ciudadanos busquen sus propias oportunidades y si estas no existen, que ellos mismos sean quiénes las creen. Por ejemplo, es sabido que en otros países los venezolanos que han emigrado se esfuerzan más por el trabajo que realizan y por dar una buena impresión, claro en otros países existe el factor de motivación, que es la estabilidad económica y social que genera en las personas un incentivo personal de querer superarse, impulsándolos a dar el 100% de su capacidad, pero en Venezuela, pasa lo contrario, el país, o mejor dicho, la actual dirigencia no te ofrece lo mismo. Aquí hay un punto clave, y tomo lo que dijo el Profesor Briceño en una de sus entrevistas “´Porque no tener ese mismo incentivo que tienen en otros países, y aplicarlo en Venezuela”. Esto es verdad, qué pasaría si los ciudadanos se tomaran en serio sus trabajos, dieran el 100% de su capacidad, e hicieran lo necesario para cumplir con su deber ciudadano, pero esto no se da porque no existe el incentivo monetario y a veces los ciudadanos aplican un esfuerzo mayor, esto por factores externos, como la falla de los servicios públicos, la escasez de medicamentos y alimentos y el alto costo de la vida. Pero en tal caso de que los venezolanos decidieran, por cuenta propia, motivarse para dar el todo por el todo en sus actividades diarias, esto cambiaría la situación del país aún con la actual dirigencia, tal vez no, porque estamos en una dictadura, pero el cambio del pensamiento, obligatoriamente generaría un cambio organizacional, es decir que serían los ciudadanos quiénes regirían las reglas, serían las reglas de los ciudadanos para los ciudadanos, esto aplicaría un cambio en todo el sistema del país, desde lo más mínimo, como “Dejar salir para poder entrar mejor” hasta los más grave, que se desconozcan los procesos de los poderes de Venezuela, y esto, aunque no parezca, generará un cambio de pensamiento en las nuevas generaciones, que serán quiénes podrán cambiar el sistema actual de Venezuela y podrán acercarse a tener la Venezuela soñada, La Venezuela por la que todos luchamos.