Capitulo 1
Recuerdos Fragmentados I
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17 de Junio, 2022
Pampatar, Isla de Margarita, Venezuela.
Viernes, 3:08 am
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Fuego.
Humo..
Calor...
Personas corriendo de un lado a otro, el humo sale de cada rincón, las llamas se propagan muy rápido por toda la casa.
¡Tengo miedo! —mantengo la cara enterrada entre mis piernas—, Tengo mucho miedo.
El olor me sofoca, siento las cenizas en mis pulmones aunque no lo diga de una forma literal, pero, si se me dificulta el respirar gracias a todo el humo, no puedo moverme. Me dijeron que pasará lo que pasará no me moviera de aquí, se que volverá por mí;
—Mami, ¿dónde estás? —susurró apenas audible.
Mumu, mi pequeña vaca de peluche también tiene miedo.
En cuanto Mamá nos dijo que volvería por nosotras, corrimos a escondernos bajo una pequeña mesa de adorno, detrás de un florero, el cual nos cubría.
No puedo evitar toser mucho cuando el humo se vuelve cada vez más intenso.
Tengo, tengo... que salir de aquí.
—¿Mami? —llamó, un poco más fuerte, pero no obtengo respuestas.
—¿Mami, donde estás? —Nada. Estoy muy confundida, cuando tienes solo 7 años sabes que si mamá dice que te quedes donde se te pide, lo haces. Pero, es muy difícil.
Intensificó el agarre en mi vaquita. Las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos.
—Mami, ¿Donde esta mi papi? —suelto en un susurró, cerrando los ojos.
Abro finalmente los ojos minutos después, de inmediato se dilatan por el humo.
El calor se vuelve más intenso, todo mi pequeño cuerpo tiembla y las llamas se acercan. ¿Como lo sé? Porque, mi piel esta enrojecida, y con pequeños puntitos rojos.
Necesito salir, ya no quiero estar aquí.
Como puedo salgo de mi escondite tratando de buscar una forma de salir.
Corro por el largo pasillo sin reconocer a donde me dirijo, tengo la respiración agitada, toso en muchas ocasiones.
El olor es tan penetrante, es como estar cerca del humo que brota del extraño cigarrillo de la Tía Carmen.
A pesar de no ser partidaria de su adicción a la nicotina estaba conforme de pasar tiempo con mi tía, siempre me pierdo en sus historias mientras busco formas en sus arrugas, el fuerte olor proveniente de sus extraños cigarrillos me causaba alergias que mamá trataba luego de su visita. Pese a enfermar por su poca capacidad para dejar su adicción unas horas, es muy agradable que me visite. Eso me gusta.
Sigo corriendo sin soltar ni un poco el agarre en mi pequeña vaca de peluche, el calor me obliga a cerrar los ojos de nueva cuenta por un momento, sintiendo mi pierna tropezar torpemente sin saber que estaba al pie de las grandes escaleras y causando que la caída esperada sea muy brusca. La piel de mi brazo y pierna derecha conectan con las llamas, el ardor es casi instantáneo pero, es hasta que siento los golpes en mi cuerpo que me dejan casi inconsciente.
Tumbada en el suelo, tratando de tomar con terquedad a Mumu, se escucha un gritillo.
—Elsie.. —Esa voz. Yo, yo la conozco.
Antes de perder la conciencia escucho la voz que siempre me ha acompañado, sintiéndome a salvo. Era un susurró, un muy aliviador susurró...
—Mami...
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