Competencia de escritura de cuentos (98) partiendo de una imagen digital de @xpilar/(your writing story competition(98). Perdido en el desierto.

Fuente Digital art made by @xpilar

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Perdido en el desierto.

Una excursión con mis amigos, algo que hago habitualmente, me gusta compartir con mis amigos mis aventuras y el contacto con la naturaleza, salir de excursión, acampar, disfrutar de la montaña, de la playa, de un río, una fogata en una noche estrellada.

Se acerca el fin de semana, en la oficina, algunos amigos están emocionados con un paseo que organicé para visitar las dunas del desierto, un paso que hay de unos 5 kilómetros de arenas y dunas y que llevan luego a un oasis, una excursión de dos días, el plan es muy sencillo, saldremos con el alba, caminaremos por el sendero dicha distancia y cerca de las 10 de la mañana debemos estar en el oasis, ahí hay un manantial de aguas cristalinas y potables, muchos árboles alrededor, pasar el día, acampar y durante la noche poder observar un eclipse de luna que está anunciado, pasar la noche y regresar al otro día en la mañana.

Llega el día sábado, desde las 4 estoy despierto preparando los últimos detalles, llamo a Joselin, Carlos, Lenin, Andrea y Nieves, pasan por mi a las 5 y tomamos rumbo a los médanos.

Una vez ahí, el guarda parques nos informa que se aproximan unos vientos fuertes, que no se aconseja tomar el sendero, nosotros insistimos y decimos que si llegamos rápido al oasis, la tormenta no nos afectará, el guarda parques lo duda por un momento, llama a su compañero y nos preguntan si tenemos experiencia en campismo y senderismo, a lo cual respondemos que sí.

Ellos vuelven a consultar por la radio sobre la ventisca, le responden que está perdiendo fuerza y se encuentra a unos 400 kilómetros de distancia, razón por la cual no advierten un peligro inminente y nos dan el permiso para el paseo, nos dicen que en caso de que la tormenta tome fuerza debemos contactarlos rápidamente ya que somos el único grupo de excursionistas en el parque.

Tomamos nuestras cosas y luego de tomarnos las respectivas fotos iniciamos la caminata.

Fuente: Samsung J7 Start. Nótese que hay viento y que a pesar de estar soleado, se observan nubes a la distancia.

Habíamos avanzado unos 2 kilómetros, más o menos estábamos a la mitad del recorrido, hicimos una parada para hidratarnos, tomar otras fotos y grabar algunos videos, luego seguimos la marcha, en dos horas estábamos muy cerca de llegar al oasis, notamos que se nublo el cielo, se empezaron a formar algunos remolinos, tuvimos que usar unas franelas a modo de tapabocas para protegernos de la arena y los lentes de sol, de repente el viento cambió, se hizo cada vez más fuerte, sin dudas la tormenta de arena anunciada estaba llegando.

Por mi experiencia como scout, les dí instrucciones a mis amigos para que se hicieran parejas, Catlos con Nieves, Lenin con Andrea y Joselin conmigo, una pareja detrás de la otra a una distancia máxima de 2 metros, seguimos adelante.

El viento arreció, se hizo más fuerte, levantaba nubes de arena que no permitían mirar alrededor, el sendero había sido tapado por la arena y con el cielo totalmente nublado no había cómo orientarse, no llevamos brújula por que no pensamos en nada parecido.

Carlos me dice:

• Fran, regresemos.

Le contesto:

• No es posible, la arena tapó el sendero y ya estamos muy cerca del oasis, debemos llegar allá y buscar refugio en los árboles y en la cabaña que hay allá, la de los guarda parques. Allí esperaremos que la tormenta pase.

Seguimos adelante, pero... hacia dónde?, no pudimos orientarnos, las chicas estaban asustadas, y no podíamos quedarnos en el sitio, la arena golpeaba muy fuerte. Caminamos varios metros, de pronto, entre el viento y el polvo, creí ver unos árboles, sus ramas batiéndose fuertemente, seguimos caminando hacia allá, pero no, no eran árboles, no se veía nada más allá de 2 metros, seguimos de frente, poco a poco pero avanzando.

Luego de caminar con la tormenta unos 900 metros, todo era dunas, el viento empezó a disminuir su velocidad, las nubes de arena empezaron a disiparse, aún había mucho polvo, nos detuvimos, pensamos que ya había pasado lo peor, esperamos a que pudieramos ver en la distancia.

Lenin me dice que son casi las 3 de la tarde, que pasamos mucho tiempo en la tormenta, debemos descansar antes de regresar y que Andrea no se siente bien, la examiné, estaba deshidratada, tomamos agua, les dije que guardaran la mitad de la ración por si acaso cualquier cosa.

El cielo seguía nublado y no había manera de orientarse, les comenté que siguiéramos por parejas, nos separamos unos 50 metros para tratar de orientarnos.

Joselin pudo divisar unos árboles, nos reunimos y nos pusimos en camino. Llegamos al oasis, rodeado de blancas arenas, sin embargo todo estaba cubierto por la arena, el manantial de aguas cristalinas estaba cubierto de polvo, debiamos espera que el agua se aclarara, comimos, luego tratamos de refugiarnos en la cabaña, estaba toda llena de arena y el techo estaba levantado por la fuerza del viento.

Les comenté que era mejor esperar a los guardaparques ya que estaba desorientado y no sabía el camino de regreso, me subí al techo de la cabaña para tratar de divisar un punto de referencia. No se veía nada, de repente, el techo colapsó y caí, ahhh, tratando de amortiguar la caida me di un golpe brutal en el brazo izquierdo, entre Joselin y Lenin me ayudaron, el dolor en el brazo era muy fuerte, creo que me lo rompí, tuvimos que entablillarlo e improvisar un cabestrillo.

Nieves y Carlos trataron de conseguir el camino pero no estaba, todo estaba borrado por la tormenta, tampoco había señal de teléfono, les dije que hiciéramos una fogata y tratar de hacer señales de humo, estaba anocheciendo, todo estaba cubierto de arena. Decidimos armar la carpa, Nieves y Carlos reunirían leña par hacer el fuego, Lenin y Andrea levantarían la carpa.

Una hora después teníamos la carpa levantada y una fogata. Joselin me mira y me pregunta si me duele, le respondo que solo mientras respiro, y luego de reír un poco, observamos la luna, estaba en lo alto, ahora si me pude orientar, hicimos marcas para saber cual era el camino de regreso, pero no podíamos aventurarnos durante la noche, de día el desierto es caliente, pero de noche es muy, muy frío.

Nos reunimos alrededor de la fogata, observamos las estrellas, parecía mentira que después de haber vivido esa pesadilla de la tormenta de arena, ahora estemos disfrutando de una hermosa noche, y de pronto inició el eclipse lunar, observamos esa experiencia de la naturaleza, fue mágico aunque muy rápido. Luego de ello, el frío se hizo intenso, nos reunimos y os sentamos todos juntos para darnos calor, mi brazo me dolía mucho, ya no había analgésicos, nos quedamos dormidos.

En la mañana siguiente, nos despertaron unas voces, eran los guarda parques, habían ido a buscarnos, nos llevaron agua y comida, me prestaron los primeros auxilios y nos llevaron de vuelta a la ciudad, a un hospital, todos estábamos bien, salvo Andrea que estaba deshidratada y mi brazo que efectivamente estaba roto, algo leve que sanaría con descanso y cuidado.

Una semana después, Joselin y yo volvimos al desierto, llevamos a mis hijas, pero no pasamos de la entrada al parque, ahí me tomé una foto para el recuerdo de esta experiencia.

Fuente: Samsung J7 Start

Fuente: Samsung J7 Start

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