Una historia: un adolescente y su abuelo fueron detenidos en un restaurante en una carretera en un largo viaje. El adolescente estaba cansado y hambriento, el restaurante estaba vacío, pero el letrero en la recepción decía "Siéntate, la camarera estará contigo". Entonces entró, se sentó en la primera mesa y observó a la camarera que estaba parada cerca de la parte de atrás hablando con el cocinero. Los dos se sentaron allí durante unos minutos, lo que pareció una hora para el adolescente, que pronto comenzó a quejarse con su abuelo de que el servicio era muy lento y que la camarera los ignoraba a propósito. La ira del adolescente se convirtió lentamente en un hervor y pronto se puso furioso.
También estaba muy molesto con su abuelo, que no parecía molestarse en absoluto por el mal servicio. Su abuelo con calma le pidió que se relajara y le dijo que no sabía lo que estaba pasando y yo tampoco. Pero supongo que es una buena razón y estoy esperando pacientemente. El adolescente comenzó a pensar que era porque a la camarera no le gustaban y los ignoraba a propósito. La estaba mirando y preparándose para gritarle cuando ella llegó. El abuelo notó que estaba enojado y con calma le dijo que no hablara hasta que el abuelo habló e insistió en que el niño sonriera y fuera educado cuando llegara la camarera.
Cuando llegó a su mesa, dijo que lo sentía una docena de veces. No los había escuchado entrar y se disculpó y dijo que esperaba que no hubieran esperado mucho. El abuelo le dijo que no habían estado allí mucho tiempo y que estaban bien. Luego le preguntó cómo estaba y descubrió que había estado despierta hasta tarde en la noche antes de cuidar a su hijo enfermo. La camarera procedió a tomar sus pedidos y les brindó el mejor servicio que habían experimentado. El adolescente se sintió triste cuando se enteró de las camareras enfermas. También estaba avergonzado. Le dijo al abuelo cuánto admiraba su calma y le preguntó cómo puedo ser como tu abuelo.
La respuesta fue corta y simple. Solo recuerda que no siempre se trata de ti.
Hay muchas razones por las cuales las personas pueden llegar tarde o ser groseras o tener prisa que tienen algo que ver con lo que está sucediendo en su vida. Su esposa o su hijo podrían estar enfermos, pueden haber sido despedidos, su automóvil puede haberse averiado en el camino al trabajo o ... la camarera puede no haberle oído entrar.
el fin
No siempre se trata de ti