Carta abierta. Historia.

Parte 2.

No podían ir 4 personas en 1 moto, así que ya tenían el “botín” pero iba ser muy sospechoso viajar así, Clement da la idea de que le den el bolso y luego se verían en el sitio acordado, Xavier no dio reproches, para él era mejor no tenerlo, Payout no opinó y Gónra le pareció lo mejor para dejar el “botín” a salvo.

Clement se coloca el bolso que tanto debe cuidar por lo que contiene adentro y Gónra acelera su motocicleta.

Dejando la moto detrás de uno escombros que al parecer era un basurero clandestino al borde de la autopista desolada y a oscuras, Xavier decidió arrancarle unas guayas del freno y con una navaja luego de tanto esfuerzo logró sacar la tripa del caucho.

Las armas fueron lanzadas a una canal de aguas negras que estaba al borde la autopista, en la huída Clement le pareció un buen lugar para deshacerse de ella.

Payout no entendía para qué, pero no cuestionaba, solo asistía a Xavier; se llenaron con un poco de aceite que le extrajeron a la moto partes de la ropa y su cuerpo, para parecer “mecánicos”, luego decidieron caminar, para alejarse del basurero, si buscaban podían revisar por ahí, así que se quedaron escondidos un par de kilómetros más abajo, hasta que amaneciera.

Los rayos del sol los despertaron, esperaron que pasaran algunos carros y en el momento oportuno decidieron salir a caminar hasta conseguir algo de civilización para comunicarse con sus compañeros.

Una grúa desaceleró hasta quedar paralelos a ellos en él borde de la autopista y les preguntó el copiloto de la misma “¿Se quedaron varados?, ¿Para dónde van?”. Entre risa amistosa espero una respuesta, un joven moreno cabello largo y con una gorra, tenía unos lentes estilo Ray Ban color marrón oscuro.

Payout los observó, pero no dijo ni una sola palabra. Xavier solo contestó “buscando el repuesto para la motico”.
Eso le bastó al chofer de la grúa para permitirles que abordaran en la parte de atrás del vehículo.

Así obtuvieron el aventón hasta la esquina de un peaje, de ahí a su lugar de destino solo eran 15 minutos caminando.
Agradeciendo Xavier y Payout se despidieron y siguieron su curso.

Al llegar a la casa, no había nadie, pero ellos tenían las llaves, así que no era problema.

Sin celular, sin dinero, menos identificación ya que al realizar sus operaciones jamás portaban con ellos algo que los pudiera identificar.

Payout le pide el juego de llaves a Xavier, pero luego de revisar sus bolsillos, recordó que las llaves estaban en el bolso.

¿Qué harán ahora? Bueno, en el próximo post te relataré más de ésta historia que escribo, así que te espero y no olvides el upvote.