Steemiando por primera vez.

Multiload, famoso anticonceptivo de los años 80, la última moda en dispositivos de este tipo y muy deseado por prometer funcionar a la perfección, fue el primer objeto del cual me reí en mi vida. Y es que si, la verdad es que me rio mucho y durísimo y yo me imagino que en lo que lo vi me reí tanto de él que no le quedo de otra que dejar de funcionar tan bien. Yo, que ya había escogido a una madre y un padre no iba a dejar que este señor me echara para atrás mi jugada. Así pues, este espermatozoide, burlando la gran hazaña del hombre, pudo llegar a donde tenía que llegar. Mi madre, Ana Filot de Lanz, que ya tenía cuatro hijos varones llegó a casa con la noticia, un tanto desconcertada y oprimida y le contó a mi padre, Miguel Lanz las buenas nuevas, o no tan buenas, no lo sé. Mi padre, ejerciendo su rol de jefe de familia dijo, no veo el problema, tenemos como mantener otra cría y además esta debe ser la hembra.
Miguel, un día viendo la guerra de las galaxias, quien sabe cuál, le resonó el nombre de la princesa Leia, y haciendo un cambio de letras y colocando una h de más salió mi hermoso nombre, pues la verdad es que me gusta mucho. Aprovecho para presentarme formalmente, soy Eilha Carolina Lanz Filot, la menor de cinco hermanos y la única hembra. ¿Por qué el cambio de letras y la h? bueno porque todos los nombres empiezan por E y llevan 5 letras, así somos Erick Miguel, Edgar Miguel, Erlin Miguel, Edcel Miguel y Eilha, gracias a mi madre, Carolina y no Miguelina. Existe más de un centenar de fotos de mi familia, lo cual ha mantenido vivo mis recuerdos de mi infancia. Nací en Mérida, cuando el Hospital Universitario era un lugar privilegiado para dar a luz. Nací por parto natural, dice mi madre que de todos a mi fue a la que más le costó salir, una enfermera salió de la nada y se le montó a mi madre al inicio de la barriga y así fue como bajé y salí. Y es que bueno esto de venir al planeta tierra es Mágico y maravilloso, pero como todo lo que te va a mover hasta la médula siempre da algo de miedo pues yo estaba aterrada. La cosa es que salí, llegué y casi casi llego riendo. Dios me regaló la alegría antes de venir y concordamos que mi misión sería ya saben, reír. Desde que tengo consciencia echo unas sonoras carcajadas, super escandalosas, refrescantes, sanadoras, movilizadoras. Cada vez que río se esparcen por el universo millones de partículas que tienen como meta ayudar a este planeta, no sé si a otros, a sanar.
Si te dice Dios que tu misión en la vida es reír y andar por ahí toda contenta tu te vienes bien confiada, pero aquí me he conseguido gente bien rara a quienes tanto diente no le agrada, y mucha que piensa que en este mundo con tanto rollo alguien que ande tan despreocupado es rolo de loco jajaja…. Bueno, ya a alguien por ahí como que le había pasado lo mismo y dijo que de poetas y locos todos teníamos un poco, así que ahí tienen.