Y después de toda esta soberbia en mi corazón, gritando por la devastación que ha dejado el ver que tu amor no es más que una ilusión con la cual el depredador descaradamente abusa de las presas, nace la ira en contra del destino, ese mismo destino que nos separa para siempre.
Como hace el humano para no odiar la imposibilidad de un anhelo tan grande como un sueño? no hay esperanza para los desdichados como yo, no hay esperanzas para los que luchan contra algo que no les pertenece.
E inferido que la lealtad y los principios nunca llegaran a ti si no son por la fuerza del tiempo y la vida, mientras sigue en tu letargo, danza macabra con la cual confundes la vida digna con la miseria desmedida de la diversión fugaz e insincera.