Historia de un Amor

in amoreterno •  5 years ago 

“Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles en el arte dificilísimo de la vida”
-Amiel-

Aquella mañana el caminante se sintió atraído por una pareja, ya mayor; él anciano cuidadosamente llevaba la dirección, ella con total confianza tomada de la camisa de su esposo, -cuál niña segura de su padre- el caminante les siguió con la mirada, hasta que ingresaron a una cafetería; entonces se en rumbo hacía allí…


Aquel humilde pueblo, fue una parada de paso; pues el autobús, presentó una falla eléctrica y les tocó desviar unas horas. El caminante ingresó y pidió un café; observó que el anciano buscaba en sus bolsillos el completo de su pedido; buen día caballero, -dijo el caminante-¿me permite pagar su pedido? -si usted, nos puede bendecir, -el altísimo le agradecerá- ah, comparte nuestra mesa y le presento a mi mujer…


Invadido por la curiosidad, el caminante, acepto, -Matilde, mi amor le presentó, a un nuevo amigo, él nos invitó este desayuno; la anciana extendió su cálida mano y no dijo nada; Yo soy Robert, ella hace unos años, habla muy poco; venimos del doctor, está estable; ella ha ido perdiendo la memoria, ¡a veces no sabe quién soy yo! todavía, se deja enseñar, hace lo que yo le indico; debe ser muy duro para usted, -dijo el caminante-


“En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos”

-Marie Von Ebner Eschenbach-

¡No!, cuando éramos jóvenes, ella me tuvo mucha paciencia; éramos novios y tuve un accidente laboral, que por meses dependí de los cuidados de ella; gracias a su amor sobreviví a una incapacidad de por vida, que dijeron los médicos. Postrado en cama, le prometí al Señor de los Cielos, estar con ella por siempre; la anciana preguntó: ¿qué hablan?


Robert pacientemente le contestó, que me estaba compartiendo como se conocieron; ¿te acuerdas que desde niños nos juramos amor eterno? La anciana sonrió, y dejó rodar una lágrima; él anciano la tomó de la mano y dijo: llevamos 65 años casados; hemos vuelto a quedar solos, los hijos viven en la ciudad; cada cierto tiempo vienen a visitarnos.
El caminante observó el reloj; ¡debo partir- les dijo- el autobús quizás ya este reparado!


*Nota: Está publicación pertenece al mismo autor del blog:

https://whaleshares.io/@caminante


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Una historia hermosa de amor y respeto. @hermandadsteem, es interesante hablar con la gente del camino, siempre se aprende.

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¡Enhorabuena, buen sábado; me alegra su atención, cuente con un amigo del camino...!