Bueno te preguntaras ¿Qué tiene que ver la ansiedad con Dios?
Esto no es exactamente lo que llamaríamos una conversación profunda. Este breve intercambio de palabras es común entre amigos y conocidos que se cruzan y saludan con uno o dos clichés.
Pero cuando se trata en familia, encontraremos tres opciones. La primera, que formes parte de un grupo familiar unida en pro de obtener una solución, entendiendo que somos seres humanos frágiles a cometer errores, pero con la certeza que contamos con otros que nos aportaran parte de esa ayuda.
La segunda casi en su totalidad cada quien por su lado, "arréglatelas como puedas", sus relaciones se quedan en un nivel bien superficial, y esto sería ya parte de la vida cotidiana de muchas familias, sin importar el status social en el que vivas.
La tercera y muchas veces menos buscadas es DIOS.
La persona ansiosa puede llegar a un nivel tan alto que opta por buscar ayuda, en un principio, argumentando, llenando un espacio con verbosidad, llenas de datos y opiniones, palabras profundas, aun así esta persona se esconde detrás de todo eso. Solo cuando exteriorizan sentimientos y emociones sinceras uno puede conocer, amar y ayudar a la persona.
Así mismo pasa a menudo cuando buscamos de Dios, los patrones de comunicación superficial se vuelcan en nuestras platicas con Dios, fácilmente nos volvemos repetitivos con palabras trilladas que hemos repetido tantas veces que ni recordamos cuantas veces las hemos pronunciado o le lanzamos a Dios uno o dos clichés y lo llamamos oración, creyendo que con eso es suficiente. No hay duda alguna de que Dios escucha y comprende estos intentos débiles, pero cuando limitamos la profundidad de nuestra comunicación, nos volvemos superficiales en nuestra relación con Dios.
No obstante, Él nos conoce y quiere tener una comunicación sincera con nosotros.
Salmo 23:3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Salmo 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento.