Antropología ¿Qué es? ¿A qué se dedica? ¿Qué busca?

in antropologia •  6 years ago 

La antropología, por definición y descomposición de sus raíces (anthropo = Hombre y logos = Estudio), es el estudio del hombre, entendiendo este en su sentido más amplio, un concepto más actual podría decir que esta disciplina científica es la encargada de estudiar al ser humano y todo cuanto se relaciona con el mismo.

En este contexto, con un objeto de estudio tan amplio y complejo, se necesita definir lo que se entiende por humano, para la ciencia antropológica el humano es una entidad bio-psico-socio-cultural, cuestión que requiere ser explicada detalladamente.

Se considera al ser humano como un organismo biológico, que tiene funciones vitales y potencialidades biológicas que son comunes a otros seres vivos, así como peculiaridades que lo definen como una especie única en su tipo. Se plantea que la humanidad actual es el producto de una interacción entre los factores ambientales y los procesos evolutivos a los que se encuentra sometida toda forma viva sobre el planeta tierra.

El ser humano es concebido como una unidad psicológica, con procesos mentales superiores que le permiten la asociación de conceptos, la abstracción, la memoria, la imaginación y la creación de nuevos conocimientos. En sus aspectos psicológicos esta entidad biológica goza de una rica variedad de recursos y de conflictos que constituyen el inmenso repertorio de respuestas mentales posibles.

La humanidad no es posible definirla sin plantear que existe en sociedad, ningún ser humano sobrevive a sus primeros años de existencia por si solo, tampoco es considerado el estar sólo durante un largo período de tiempo como un ambiente saludable para el desarrollo de la vida humana. El ser humano no sólo disfruta de la compañía de sus congéneres, sino que también la necesita desesperadamente para seguir vivo.

Quizás la herramienta más específica y propia de la humanidad, la que le ha llevado a convertirse en el mejor depredador de los recursos de su medio ambiente, es la cultura. Claro que hay que considerar el término de herramienta como algo más que lo tangible, se trata de la idea tras la palabra, la cultura se puede entender como todo aquello que es hecho por los humanos, pero resulta ser que los seres humanos son seres volitivos (tienen voluntad propia y la ejercen) y frecuentemente teleológicos (tienen motivaciones finales y persiguen su cumplimiento), así que los actos que realiza y los instrumentos que construye tienen un sentido y una utilidad (sea esta material, espiritual, mental, estética o de otro tipo) que hacen que tal cosa sea una expresión de cultura.

Todos los aspectos que se señalan son sólo una simplificación de lo que constituye el término de humano. Todo lo que he dicho en los párrafos anteriores es un sistema indivisible, cuando se le separa es sólo con fines explicativos, en la realidad cada ser humano es un compendio de todo lo que se ha indicado, es tanto un ser biológico, una psiquis activa, un actor social y un hacedor de cultura, todo a la misma vez.

Es comprensible que cuando se dijo que el objeto era amplio y complejo, en verdad que lo es. De esta amplitud nace la necesidad de dividir el estudio del ser humano en parcelas para desarrollar especializaciones científicas que puedan dar respuestas a las interrogantes que se generan en torno a nuestra propia existencia.

La antropología, planteada en un inicio como una sola ciencia, presenta al menos cuatro grandes áreas que dan origen a sus disciplinas o especializaciones. Se tiene que abordar el aspecto biológico y se hace desde la antropología física o biológica (en algunos casos se señala como bio-antropología o biología humana según sea el enfoque con que se trabaje), que abarca desde los estudios de biología de las poblaciones, genética y polimorfismos sanguíneos, hasta la antropología de la alimentación, antropología deportiva y antropología médica.

El complejo formado por los elementos sociales y culturales (que en algunos casos tienen límites muy difusos y difíciles de establecer) se trabaja desde la antropología socio-cultural (denominada en algunos contextos simplemente antropología social). Esta especialización del saber buscaba en sus inicios el establecimiento de la mecánica social o la ingeniería social, es decir, la forma en que funcionan las sociedades a fin de entender como llegar a manejarlas, es claro que el origen colonialista de esta rama de la antropología salta a la vista, sin embargo, con el avance del conocimiento se ha constituido como la encargada de estudiar las relaciones sociales y los patrones culturales que son propios de los grupos humanos, permitiendo que nos conozcamos nosotros mismos al conocer al otro.

Tradicionalmente, las ramas que se han mencionado con anterioridad suelen aplicarse al tiempo presente o actual, pero existe una muy especial que se dedica a estudiar el pasado, se trata de la arqueología, que a pesar de carecer de la coletilla que tenían las precedentes es también una rama de la antropología. Esta disciplina aborda los hechos no necesariamente registrados en la historia existente, permite explorar vestigios de épocas prehistóricas e inclusive puede corregir graves errores en registros de tiempos históricos que hayan sufrido alguna clase de distorsión o manipulación indebida. La arqueología persigue conocer el pasado con la máxima certeza posible, pero recordando en todo momento que el camino a seguir esta preñado de errores que se han cometido y de los que se debe aprender a fin de superarles.

De las cuatro ramas, la última corresponde a la antropolingüística (o simplemente lingüística si se sigue la simplificación de que el único con lenguaje articulado es el humano), que se enfoca en estudiar el fenómeno del lenguaje en todas sus vertientes, le trata como producción de sonido, de palabras, de representaciones de la realidad, de herramienta para el establecimiento de las relaciones humanas y de simbolismos portadores de sentidos ocultos.

Es de mencionar que el señalamiento de estas cuatro grandes ramas no desdice de los puntos intermedios ni de las nuevas especializaciones que aparecen en el horizonte de la antropología. Ejemplo de interrelaciones lo constituye la paleoantropología, en donde se mezclan la antropología física y la arqueología para estudiar los restos humanos del pasado; otro ejemplo lo constituye la etnohistoria, en la que se combinan elementos de la arqueología con la antropología social a fin de estudiar lo cotidiano del pasado y ver la historia más allá de sólo la Gran Historia (reducida a fechas de batallas y efemérides). Un último y arriesgado ejemplo lo puede ser la socio-biología, donde se parte del sustrato biológico del ser humano para intentar explicar hábitos y comportamientos tanto sociales como culturales.

Como ejemplo de nuevas aplicaciones (y no tan nuevas, pero si poco conocidas) se tiene que mencionar a la etno-psiquiatría, que aborda la psiquis enferma como un elemento dentro de su contexto cultural, así el paciente debe ser visto en su propia comunidad para entender la patología y lograr establecer los patrones de normalidad y/o salud de cada grupo humano, porgue es así como se puede llevar a cabo una terapéutica sin subyugación cultural, un tratamiento sin imposición de los conceptos de una cultura sobre los de otra. La antropología del deporte es otro posible ejemplo de nuevas aplicaciones, aunque es cierto que la medicina del deporte es de vieja data, la conceptualización antropológica del hecho deportivo y su perfeccionamiento puede considerarse un redescubrimiento reciente en el caso venezolano.

Todos los ejemplos que se den no alcanzan a mostrar la amplitud de la antropología, tanto como ésta no logra, aún con todas sus ramas, plasmar la inmensidad del ser humano, objeto de estudio y ejecutante del estudio, criatura que no puede verse a si misma si no es por medio de los otros, entidad que se observa en los ojos de sus semejantes.

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