Abro los ojos en inverso sentido
quiero escapar temporalmente
de la penumbra externa
para observar radiante
la luz de mi interior
transformar en silencio
todo el ruido de afuera
y escuchar dulces cantos
que provengan del alma.
Beber del agua viva
que representa Cristo
y así calmar la sed
de espíritu sediento
quiero alejar el frío
que se siente en lo externo
al calor de la llama
que dan los sentimientos.
Y mirar como fluye
en los momentos tristes
el líquido salado
que da origen a una lagrima
siguiendo aquel caudal
por dónde va el dolor
llegando a la mejilla
a través de los ojos.
Pero allí me detengo
y me niego a salir
voy a seguir el ruido
que da mi corazón
voy a llegar a él
voy a sacar lo malo
voy a limpiar lo impuro
y a ponerlo bonito
a pintar sus paredes
con tinte Celestial
y convertirlo en Cielo
para que viva Dios.