Clamamos y le pedimos a Dios,
con devoción, hasta llegar al final
donde resignados
ante nuestro amigo invisible
le decimos:
Hágase tu voluntad Señor
en la tierra como en el cielo.
Dios es sabiduría e inteligencia, sólo un ser inteligente puede crear las maravillas que hay en el universo. Siendo nuestro planeta imperfecto y nosotros también imperfectos, aun así somos fenomenales. Detengámonos sólo a pensar en la estructura impresionante de nuestro cerebros, el ADN, las sinapsis entre las células nerviosas, todo lo que nace y se multiplica, una flor, una fruta, la función de cada uno de nuestros tejidos, los misterios de la existencia, imposible no pensar en un más allá, en un ser superior......de igual manera, cuando nos comunicamos con ese ser infinito y escuchamos su voz en nuestro corazón, cuando nos ilumina, nos sostiene y acude a nuestro llamado, esto es indefinible y maravilloso.
Al final del túnel, después de la oscuridad, lo que viene es una gran luz, Dios es bueno y misericordioso....