Dejar todo en la mano de Dios, no significa acostarnos a esperar a que él lo resuelva sin nosotros aportar ningún esfuerzo; dejar todo en la mano de Dios significa:
Invocar su poder para la solución, pedirle nos dote de la sabiduría para resolver problemas. Que nos dé, a través del Espíritu Santo discernimiento para hacer las cosas bien y fuerza para la obra.
En mi caso particular al decir lo dejo en mano de Dios, es pedirle en oración, su guía, su ayuda y su intervención directa en nosotros; todo lo podemos a través de EL.
Porque así está escrito; "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." (Filipenses 4:13)