Señora desesperanza
usted en mi no es bienvenida
nada tiene que buscar en mi presencia
no me venga a decir
que es la respuesta a mis múltiples caídas
Porque no lo acepto
claro que he caído y volveré a caer
de eso no tengo duda
pero igual me volveré a parar
porque la mano de la cual me apoyo
para levantarme, estará siempre allí
porque me ama; me quiere porque soy su hijo.
Èl me demanda esfuerzo
es mi ejemplo en la constancia y la perseverancia
¿O resucitar no es vencer al mundo y a la muerte?
Y seguiré el camino que construyó para mi
sendas que aguardan mis pasos
y estaré seguro, porque el pasó primero
limpiándolo para que mi pie no tropiece.
No habrá muro que detenga su propósito
ni fuerza alguna que haga perder su tiempo
estoy bañado con su sangre
que tiene poder y es superior
al tuyo reina del pesimismo
no podrás tu, emisaria de la penumbra
ocultar la luz de su verdad.
Señora desesperanza
no es grata en mi escena
no es una de las fuerzas de mi entorno
ni mucho menos quien me aleje
de la promesa de Victoria
que el Señor nos ha hecho.
Contra la palabra de Dios
desesperanza no hay decretos
solo el ejecútese
y su ley es victoria
sobre lo malo y lo adverso.
Carlos Basanta