Cualquier persona que pase por Bouwer podrá ver un sinfín de hombres que están presos (en su mayoría de forma preventiva) que están acusados de cometer actos de violencia contra sus parejas. Efectivamente, los fiscales los tienen detenidos al considerar que estos pueden volver a ejercer violencia contra ellas.
Ahora vamos a otro lado, al espacio del fútbol: Donde dos jugadores de su plantel -Cristian Pavón y Sebastián Vila- están acusados de ejercer violencia sexual hacia sus parejas, crímenes que incluso están confirmados por evidencia. La gran diferencia entre los miles de hombres residentes de Bouwer y estos dos jugadores es que ellos están en libertad. ¿Por qué? Cometieron los mismos delitos, por ende deberían estar presos, ¿no? La lógica indica que sí, pero en ambos casos la Justicia actuó en contra de toda lógica y sentido común, argumentando que una condena eliminaría todos los ingresos de los jugadores, dado que no podrían seguir jugando al fútbol.