El Beso de Klimt
Es algo complejo cuando vienes al mundo con un amplificador de máxima potencia incorporado.
Todo lo sientes de forma distinta a los demás, todo lo sientes con tanta inmensidad que a veces no sabes como graduarlo. La efusividad está siempre allí a flor de piel, el grito ahogado de emoción le causa a la gente que esta a mi alrededor un susto increíble y yo siento que por Dios no fue nada.
Soy cariñosa y expresiva, me gusta estar en contacto físico y visual con la gente. Y al que amo o aprecio se lo hago saber.
Soy tan empática que cualquier problema, por mínimo que sea, de alguien allegado o no me lo tomo personal, y termino involucrándome de tal forma que me afecta como si fuera a mí.
Logro diferenciar en la voz, mirada, forma de caminar y hasta de enviar un mensaje de texto, el estado de ánimo de cualquiera que conozca.
No sé si esta hiper emocionalidad o hipersensibilidad es buena o no, pero cómo me ha traído problemas de pareja o de relaciones con otros, sólo por esta forma tan distinta de ver la vida.
A veces creo que estoy sola, que cada vez hay menos como yo. A lo mejor si consiguiera a alguien como yo me sería más sencillo aceptarme, porque creo que allí radica mi problema: otros no me aceptan porque yo no lo hago.
Todos mis pasos y cada una de mis acciones son pensando primero en los demás antes que en mí.
Hoy poniendo en practica mi imaginación dije en voz alta: "la gente como yo debería dejar de existir", y es probable que el apasionamiento en las discusiones y en los desencuentros terminaría. Puede que haya sido algo drástica, y agradezco a Dios que mi esposo a pesar que es muy lógico (muchas veces le digo que él piensa sólo en 1 -0), sólo me escucha y sonríe.
La Tristeza de Mariela Monica Montes.
Debería aceptar que esa es mi naturaleza: emocional, intensamente apasionada para lo bueno y lo malo.
Así soy yo, para bien o para mal.