Ella es Esmeralda

“Ella es Esmeralda
aquella dama fina y transparente
que en su verde color de esperanza
alcanza las alturas y los lugares inconscientes”

• Edgar Márquez, Poeta-

¡Buenos tiempos para sus vidas y milagros amigos de Steemit!
Cuenta una historia de cena romántica, que un joven enamorado de una reina de belleza, al declararle su amor para toda la vida, le hizo esta pregunta:
¿Con que quieres que sellemos nuestro compromiso, amada mía?

• Con un prendedor en forma de mariposa de oro y alas decoradas con esmeraldas- dijo ella-
• vale, y ¿porque con esmeraldas?, -pregunto el enamorado-
  -porque son sexis y frescas, me hacen sentir bien conmigo misma - declaro la joven-

Al escuchar este relato, de un amigo diseñador de los famosos; sentí la curiosidad de saber por que una reina de belleza hace ese pedido. A continuación, les compartiremos una historia llena mitos; quizás fantástica, quizás realidad, de historias llenas de pasiones, de amores y de desamores; si son amantes de las joyas, esperamos su compañía y opiniones…

Iniciamos una breve investigación, para saciar la curiosidad, y estos son apartes de un reciente hallazgo a manos de buzos buscadores de barcos perdidos y hundidos en las profundidades del mar caribe.
¿Cuántos baúles de esmeraldas iban a bordo del galeón San José? Esa pregunta aún no tiene respuesta. Lo cierto es que las 6.000 esmeraldas hasta hoy recuperadas del galeón Nuestra Señora de Atocha, por ejemplo, hundido en 1622 cerca del Cayo de Mata cumbe en la Florida, eran de contrabando.

Un tripulante que sobrevivió, enjuiciado en corte marcial, declaró que le ayudó al almirante Pedro de Pasquier a introducir ilegalmente un baúl con 30 kilos de estas gemas de Muzo (Boyacá- Colombia) –Revista Semana-
Como vemos en estos apartes hay un rescate de la época colonial de un barco/galeón hundido y encontrado; hay 2 gobiernos involucrados, que reclaman su botín, en pleno año 2018. Entonces vamos a adentrarnos en la historia y vida de estas mágicas gemas.

Estuvimos en el museo de la esmeralda colombiana, para extraer algunos datos de la historia de esta piedra preciosa que les ha dado a muchas familias un sustento; pero a unos pocos, les ha dado fortunas. Y a las reinas les ha otorgado prestigio y glamour; sin importar el precio a pagar, se han convertido en una joya que sólo algunas, pueden lucir.

Algunos indicios y relatos hablan sobre la explotación de esmeraldas hace miles de años atrás, su uso en rituales religiosos y como prenda de jerarquía, por parte de los aborígenes de los territorios que hoy constituyen las regiones de explotación minera de Colombia. Pero los vestigios históricos más sustentados sobre explotación de esmeraldas nos llevan al alto Egipto antes de Cristo, a las minas de Sikair-Zubara, muy cerca de la ciudad portuaria de Berenice, estas minas fueron conocidas como “Smaragdus Mons” (montañas de esmeradas).

Se cree que la explotación de estas minas se remonta al año 1800 A.C. pero su producción estaba ya en vía de agotamiento para la época de la reina Cleopatra, quien sentía una gran debilidad por las esmeraldas. Según Plinio el viejo, en el Instituto Gemológico Español en la revista “Las Gemas y Otras Materias Preciosas” en su edición dedicada a la esmeralda del año 1968, sostiene que es posible que en la antigüedad se le diera el nombre de esmeraldas Scithya a los zafiros verdes de la india y que las esmeraldas de Bactriana fueran verdaderas esmeraldas de los Urales.

Entonces cuando llegan los españoles a colonizar los territorios americanos, ya conocían el oro, pero también las esmeraldas y su alto valor. El descubrimiento de América en 1492 da un quiebre histórico sobre la presencia de la esmeralda en el mundo; cuando en el siglo XVI la avanzada española llega a Perú y se encuentra con los Incas y sus ornamentos en oro y de grandes esmeraldas de muy buena calidad.

Esto llama la atención de los españoles quienes someten a los Incas a fuertes castigos y torturas para que les revelaran la ubicación de las minas de esmeraldas. Los Incas no pudieron indicar la ubicación puesto que en sus territorios no existían yacimientos, y dichas esmeraldas eran obtenidas por intercambio comercial con las tribus que habitaban el territorio colombiano. Entonces en el año de 1537 Gonzalo Jiménez de Quesada obtiene el primer indicio real sobre la fuente de las esmeraldas al llegar a Guachetá.

Al llegar a las tierras colombianas descubren el uso de estas piedras en rituales religiosos y como prenda de jerarquía, por parte de las aborígenes de los territorios que hoy constituyen las regiones de explotación minera de Colombia.
Queridos amigos quedamos en continuara por ahora; si les han parecido interesante estos relatos, los invitamos a seguirnos con otra publicación de las minas y sus pasiones. Reciban nuestro cariño acompañado de un virtual abrazo.

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#dejandohuella

Fotografía por @hermandadsteem
Redacción @jayjes @cheysanta
Colaboración de @azabacheclaro @criollos-steemit