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¡A ver, a ver! Vayamos al principio.
El gran problema del ser humano desde siempre ha sido la sobrevivencia. Cada uno de nuestros pasos en este mundo se dirigen fundamentalmente a una sola cosa: luchar por vivir, no morir. Después vendrán las demás: vivir cómodamente, con seguridad, sin sacrificios y cada día tener mayor comodidad, placer y bienestar.
Desde tiempos inmemoriales el hombre descubrió que era un ser social. En la búsqueda de esa seguridad y comodidad nos hicimos comunidades no sólo de familias, sino de vecinos y desconocidos. Necesitamos del otro para apoyarnos en la lucha por la supervivencia. Debíamos apoyarnos; fue así como vino el intercambio entre familias, vecinos y desconocidos. El valor de uso lo poseían las cosas, los animales, los comestibles y cualquier otro objeto que consideramos de valor. Podíamos cambiar una perla por un trozo de espejo, una hija por una dotación de alimentos o cualquier otra cosa que resultara beneficioso para nosotros; sin embargo, no nos deteníamos mucho en sopesar si el intercambio era justo. Si era, al menos, equitativo.
Lo único importante era que ambos quisiéramos lo que poseía el otro. Luego, la sociedad se comenzó a desarrollar y surgió el empleo. Cobrar por nuestra fuerza de trabajo, pero ¿qué se pagaba? pues igual: un intercambio de valor, tu fuerza de trabajo por algún bien que el empleador necesitara y quisiera. Para facilitar los intercambios surgen las monedas. Un intercambio de valor entre aquellos que tenía para intercambiar producto de las guerras, negocios o herencias y aquellos que lo único que poseían eran hijos (prole), llamados proletariado.
Con todo ello, el dinero se hizo un puesto importante en la sociedad. Quien tenía el dinero tenía el control. El poder podía comprar tiempo y fuerza física de sus semejantes para ponerlo a trabajar para ellos. El dinero era representado con monedas de oro, como todos sabemos. Sin embargo, con el tiempo esto cambió. Todos hemos escuchado la historia del dinero, y específicamente del dólar. En la actualidad el mundo se mueve a través del dólar. Con este se mantienen las economías de derecha y también de izquierda. Si existe una cosa en común de ambas ideologías es ese. La derecha manifiesta que el capital es imprescindible para el desarrollo, mientras que la izquierda desprecia el capital, pero lo requiere, lo cuida y utiliza tanto como el capitalismo.
El dinero, para que mantenga su efectividad debe tener las características originarias del oro, es decir: escaso, que perdure en el tiempo (que no se dañe) y divisible, que se pueda separar en muchísimas partes; sin embargo, con el tiempo los tenedores del tesoro comenzaron a entregar pagarés por el oro, por lo que surgió el dinero sin respaldo de valor. El valor es simplemente que es impreso por el gobierno. Esto trae como consecuencia que en la medida de que se imprima más dinero, el que ya existe va perdiendo valor; por lo tanto, se genera la denominada devaluación del dinero. Este método de imprimir dinero sin respaldo favorece a los gobiernos (como el de Venezuela); quienes realizan aumentos salariales en bolívares, pero los cuales no están disponibles en los bancos. Sólo existe la cifra bancaria, más no el dinero físico. No es un beneficio para el trabajador, debido a que sólo puede hacer uso de este de manera electrónica, con tarjetas de débito, o conformarse con sacar una décima parte de su sueldo.
En el año 2008 se inicia una revolución monetaria con el Bitcoin, muchos gobiernos no lo tomaron en serio. Vieron eso como una locura más de unos nerds computistas que no hacen más que inventar; sin embargo, en los actuales momentos ya la revolución del dinero digital o criptodivisas es un hecho. En China (gobierno de izquierda) están poniendo trabas en su compra, venta y distribución, en Venezuela (gobierno comunista) también ha hecho lo propio; han encarcelado a unos mineros y han ilegalizado en la práctica la minería; aun cuando en las leyes no se habla nada de las criptomonedas, total para lo que le importa eso a un gobierno totalitario y dictador.
De igual modo, algunos gobiernos de derecha se mantienen cautelosos ante dicha moneda digital. Tienen una "papa caliente" que no saben como agarrar. Sin embargo, ya es demasiado tarde. El BTC y las criptodivisas son un hecho y ya se encuentran en uso. Su ascenso es real y su uso se hace cada vez más popular.
Pero, ¿por qué el Bitcoin molesta a los gobiernos?
Es evidente que se sientan desventajados porque esta moneda está sustituyendo el uso del dinero convencional y, principalmente no tiene control sobre su emisión, sobre su origen y destino; por lo tanto, no les conviene algo así. Ellos quieren tener el control absoluto; pero, en este caso se equivocaron. El colectivo es quien tiene el control; así que los más felices de que eso sea así deberían ser los gobiernos de izquierda que tanto critican al dólar; sin embargo, extrañamente son los que más rápido han reaccionado negativamente.
Es allí donde se les cae la careta de socialistas, del discurso del "control obrero" o "gobierno del pueblo"; si no son ellos quienes tienen el control, no conviene que existe tal moneda. Si en Venezuela la moneda fuera el Bitcoin o alguna de las altcoins sería imposible que el presidente puediera aumentar el sueldo como lo ha hecho; puesto que no tiene el dinero. Eso haría sincerar la economía y reevaluar el bolívar que se encuentra en el subsuelo. Es por ello, que muchos venezolanos nos hemos visto en la necesidad de tomar nuestros ahorros y llevarlos a criptomonedas, a fin de protegerlos de la inflación.
Esperamos con la confianza de que nuestro dinero puesto en la criptodivisa Steem se siga valorizando como está ocurriendo en los actuales momentos.
Espero sus comentarios y aportes a tan apasionante tema. Saludos.