No me salen las palabras para lo quiero, tengo o debo decir. A veces se me confunde el significado de esas palabras, lo que debo, lo que quiero y lo que tengo que hacer. Así que como la mayoría de mis últimos post, no sé de que va este, pero como el tiempo ocurre al mismo tiempo, vamos a ver que sale de esto, a descubrir que verbo se apodera de la acción de mis dedos que teclean y si me parece decente lo que quedo, entonces lo comparto para que algun anonimo lo ignore.
Nada nos ha salido mal.
Dicen que lo mejor es lo que pasa, a veces me molesta esa declaración, porque parece un intento de suavizar lo evitable. tambien si nada pasa, es porque no haces nada. Para mi las cosas mientras más simples mejor, y no me gusta poner en otros hombros mis responsabilidades, mis sueños y mis mas intimos deseos, en el mismo orden de ideas y aunque parezca contradecirse, he pedido a lo que sea, que me ayudara con aquel peso.
¿Lo mejor es lo que pasa?
¿Ya les dije que esa declaración me molestaba? Pero a veces me encuentro que tiene algo de razón aquel dicho y no por sabio, más bien por viejo. Hay fracasos que me han redirigido en otras direcciones, y llegado a un cierto puerto o punto de viaje los dejo de ver como fracasos, mutan a sitios de tránsito. Sin embargo como todos tengo cosas de las que me arrepiento, pero nunca de nada que haya hecho, más bien me arrepiento de Como lo hecho y sobre todo lo que he dicho.
El poder de las palabras es muy subestimado, y yo he conocido esa arma por su filo pero sobretodo por su mango. Es como si tomara una espada afilada y la blandiera a ciegas, golpeando un piñata imaginaria, además estoy en una plaza llena de gente y nosotros dando espadazos a diestra y siniestra.
Las palabras a su vez moldean el pensamiento y el pensamiento el verbo, asi que tambien hay que estar muy pendiente de lo que se dice, y de lo que te dices a ti mismo. Dios creó el mundo con la palabra y aparentemente somos sus hijos.
Y aunque ya no me detengo a pensar en aquellas cosas que no hice, como salir a detener un avión, porque ganas no me faltaron, aparecer porque si o cambiar a la fuerza el desarrollo de los eventos. Si me arrepiento de cosas que me dije. Pero cuando hubo silencio, y calma acepte lo que se dijo, y aun mas lo que se hizo. Parece casi una rendición, una capitulación a lo que te supera y en algún momento llegué a verlo así.
Ya pasado el tiempo ¿Quien soy yo para hablar?
¿Quien soy yo para decir que hiciste mal?, ¿Quien eres tu para decir que yo hice mal?. ¿Quien somos nosotros para decir que estamos peor?
Puedo y dudo de las cosas que dije, puedo y dudo de como lo hice. Lo que no dudo es lo que sentí y lo que siento, lo malo, lo bueno y lo terriblemente feo. No encuentro algo más honesto que eso. Lo que sucedió, lo que está sucediendo y lo que va a suceder, curiosamente lo veo perfecto.
Odie, me enfurece, me evadí, y después me hice presente y trato de mantenerme presente. Y entendí que no puedo juzgarte, tampoco tengo la certeza de nada, pero ya hace bastantes noches que dejó de ser importante, si haces o no hacías, si quitabas o ponías, si me dabas o no la razón, si me vengaba o no.
Ya no me importa tener o no tener la razón. Y dios que liberador es. Simplificar lo aparentemente complejo, algo así como desenredar unos audífonos o luces de navidad. Cada atadura que sueltas trae una satisfacción que no se puede poner en palabras tan fácilmente. Todo lo que fue, y lo que no pudo ser simplemente ya no nos pertenece y está bien. solo nos pertenece el ahora, por ello te invito a estar presente.
No se si lo mejor es lo que pasa, pero, nada me ha salido mal.
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