Esta semana se llevó a cabo la 14ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN) en Barquisimeto, Estado Lara, desde el 20 hasta el 22 de Junio en las Instalaciones de la Biblioteca Pública Pío Tamayo.

Entrada de la Bilbioteca

En un marco repleto de actividades culturales, muchas personas se dieron cita para promover distintas disciplinas, más allá de los libros. Hubo presentaciones de libros, conversatorios, bailes tradicionales, charlas, momentos de lectura, e incluso artesanos expositores que mostraron al público sus trabajos en arcilla, tela, bisutería, entre otros. Los ciudadanos tuvieron la oportunidad de disfrutar así de presentaciones de tamunangue, o la burriquita; y de adquirir piezas de artesanía entre un conversatorio y otro, o entre una y otra charla.
En cuanto al que debía ser el atractivo principal de la FILVEN, los libros, no todos los usuarios tuvieron la misma opinión. Divididos en dos niveles del edificio, planta baja y primer piso, se dispusieron alrededor de doce puestos de libros, pero para algunos usuarios había mucha presencia de "libros políticos". Un estudiante universitario comentó que "hay mucho libros, pero poca literatura" y otro que lo acompañaba confirmó "no hay libros buenos". Sin embargo, hubo opiniones contrarias también, como la de un profesor universitario que mencionó que la FILVEN era "una buena oportunidad para encontrar algo distinto".

Dentro de la Pío Tamayo

En mi opinión, había sólo cuatro puestos realmente dedicados a la venta de libros, la mayoría de segunda mano. El que tenía la mejor selección, la más contemporánea, estaba casi lleno de libros nuevos, la mayoría de ellos con un precio por encima de los 50.000 Bs.S, lo que resulta muy elevado para un evento que busca " promover la lectura" y cuyo lema, según su página oficial es "Leer es vida". Además, es aún más complicado cuando no se cuenta con puntos de venta electrónicos para cancelar la compra y ésta debe pagarse en efectivo, o a través de medios alternativos como transferencias bancarias o el pago móvil interbancario, a los cuales no todos los usuarios tienen acceso.
Sin embargo, los otros puestos sí tenían libros más accesibles. Precios como 3.000, 5.000 y 10.000 Bs.S eran los más frecuentes y buscando bien, se podía encontrar algo de buena literatura entre ellos. Sin embargo, dada la gran cantidad de actividades pautadas y el pequeño espacio que se le dio a la literatura, podría decirse que la FILVEN no fue sólo más que libros, sino que fue casi de todo, menos libros. Es una consecuencia más de la crisis actual que atraviesa el país que, en el pasado, contaba en su FILVEN con puestos para casas editoriales, nacionales y extranjeras, que ofrecían precios y promociones especiales para que los libros fueran más accesibles para las personas.

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