¿El favor de quien tienes? -me preguntó el mentor aquella tarde- ¡no entiendo le dije! Sabes, para triunfar en las relaciones humanas, así sea solo en tu familia, debes de ganarte el favor de alguien, digamos que, de mamá, y estaría bien de papá; pero, si nos hacemos inteligentes emocionalmente hablando, hemos de ganar el favor de varias personas, en nuestro caminar por este mundo. -Concluyó, aquel mentor-
Sí, hemos de aprender a valorar, y a cultivar amistades vitales, hemos de amar y ganarnos el amor de alguien más; esas relaciones se llaman aquí en la tierra; sin embargo a veces los seres humanos tenemos la mayoría de relaciones en el aíre, quiero decir, en un pensamiento efímero o sólo en la imaginación; en la mayoría de casos relaciones de conveniencia, ya sea de por vínculos laborales, deportivos o de asociación; y cuando llega una calamidad o necesidad, jamás aparecen a acompañar, o al menos a dar una voz de aliento.
El estadista Thomas Jefferson lo expreso en esta frase:
“Los momentos más felices que mi corazón conoce, son aquellos en que derrama su afecto sobre unas cuantas personas estimadas”