Escuchen mi paraíso. Un poema del libro Semejante al fuego

in castellano •  6 years ago 

 




Amigos, dejo para la bondad de sus lecturas otro poema de mi libro inédito Semejante al fuego.

Deberé postergar aún un poco más la promesa de los enlaces a los otros poemas publicados de este libro, pues han sido días sin servicio de internet. Y eso digo ultra muchísimo la tarea.

Espero que les agrade la pieza presente, así como la fotografía, que es de mi autoría, posteriormente trabajada con Photoshop.


ESCUCHEN MI PARAÍSO

Cibernia y Uburnia, La del mercader Y la del menesteroso.

Impracticables para la guerra Como vírgenes.

Hermosas en mi lengua, En su espesura escondieron El brillo de la pantera.

Y un diminutivo: La palabra pajarito. Y tres superlativos: Torre, crisálida y ámbar


Pero tengo este rostro, Tan igual a este rostro.

Y este fuego acezante, Tan igual a este fuego.





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Encantado de escuchar tu paraíso.

Siempre una maravilla leerte! Tus poemas me parecen como venidos de otros tiempos, como traducidos del griego!

Increíble ver cómo se abren los mundos al paso de unas palabras, no muchas, magistralmente entrelazadas. Y sus símbolos, los hechos y sus personajes.
Muchas felicidades y gracias por compartirnos Semejante al fuego

Qué poema! Tan breve pero con bastante carga y sublimidad. La imagen de El brillo de la pantera ha sido mi favorita, pero entre versos y metáforas esto ha dado a luz una gran poética. Un saludo.

Gracia por tu apreciación, @fernando.lubezki. La pantera está allí en su sentido simbólico más común: la lujuria. Hay un poema de Machado que usa magistralmente esta metáfora:

Rosa de fuego

Tejidos sois de primavera, amantes,
de tierra y agua y viento y sol tejidos.
La sierra en vuestros pechos jadeantes,
en los ojos los campos florecidos,

pasead vuestra mutua primavera,
y aun bebed sin temor la dulce leche
que os brinda hoy la lúbrica pantera,
antes que, torva, en el camino aceche.

Caminad, cuando el eje del planeta
se vence hacia el solsticio de verano,
verde el almendro y mustia la violeta,

cerca la sed y el hontanar cercano
hacia la tarde del amor, completa,
con la rosa de fuego en vuestra mano.

Lo leo y siento ahora cierta ternura con pena por mi poemita. :)