En artículos anteriores hemos dicho que la base fundamental del modelo lógico clásico (analítico, aristotélico) radica en la noción de que cada cosa es igual a sí misma, por lo que jamás una cosa puede ser al mismo tiempo ella misma y su contrario. Para ser explícitos, nos hemos atrevido a usar el refranero popular, a manera de ejemplos. Adagios como los que de seguida aquí referimos, probablemente hayan resultado harto útiles para explicar el fundamento lógico en referencia… “Gallo es gallo, aunque ponga huevos”, “No se puede estar en paz con dios y con el diablo”…
Bien. Además de esos principios racionales de identidad y de no-contradicción, el modelo lógico en referencia añade otro el cual porta la curiosidad de penalizar al usuario (si éste incurre en “la barbaridad” de transgredirlos). Este tercer principio es llamado, “tercer excluido”… Si en alguna coyuntura del razonamiento es irrespetado la identidad y la no-contradicción, pues irremediablemente tal razonamiento resulta inválido, falseante.
Quizá no haya un par de dichos que tribute más fidelidad a esta ley lógico-analítica del tercer excluido que el siguiente: “No creo en medias tintas”; “El que no está conmigo, está en mi contra” (tan utilizado, por cierto, por políticos de x, z y n cuños ideológicos, para alinear acríticamente a seguidores).
Vale la pena traer a colación otros:
“Una verdad a medias se parece muchísimo a una mentira”.
“El que se contradice, miente”.
“En boca de mentiroso, lo cierto se hace dudoso”.
“El mal obrero, culpa a las herramientas”.
“Cuando al pintor le sacan la escalera se aferra en vano a la brocha”.
“Cuando en esta vejez que arrastro, llegue yo a amanecer sin que algo me duela, es que estoy muerto”.
“Mula con mula no se llevan”.
Antes de finalizar este post, quisiéramos añadir dos notas.
La primera tiene que ver con Churchill (el renombrado estadista -y también escritor- británico que lideró la cuota que su país ofreció a la victoria militar sobre el nazismo y el fascismo, en los ’40 del pasado siglo) habría dicho en una ocasión de la postguerra: La historia será benigna conmigo. Es que sé bien que yo mismo la escribiré.
La segunda nota radica en decir ante todos que si bien este principio del tercer excluido ayuda de manera importante a lo dado en denominar “pensamiento correcto”, no toca fondo en comprender la realidad (lo cual es, a final de cuentas, la razón de ser de toda lógica). El tercer excluido es, apenas, un buen entremés. Abundaremos en el tema, en los próximos posts…
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Imágenes tomadas de:
https://pixabay.com/es/desobediencia-madre-e-hijo-chico-1673196/
https://pixabay.com/es/encarcelado-abandonados-lonely-1251615/El texto de este post es parcialmente tomado de publicaciones que el autor ha venido haciendo (registradas legalmente) al calor de la actividad académico-universitaria.