• Kepa se convierte en el portero más caro de la historia. El Chelsea cerró el fichaje del portero español Kepa Arrizabalaga pagándole al Athletic Club su cláusula de recisión correspondiente a 80 millones de euros. Esto lo convierte en el traspaso más caro de la historia para un portero, superando el record que había impuesto hace unas pocas semanas el Liverpool, que pagó 72 millones de euros por el brasileño Alisson Becker.

• Del Potro sube al tercer lugar del Ranking ATP. El tenista argentino ha logrado su mejor clasificación histórica al colocarse como el tercer mejor rankeado de la ATP, sólo por detrás de Rafael Nadal y Roger Federer. De esta forma Del Potro se asegura ser uno de los cabezas de serie en el venidero US Open, torneo al que llega como uno de los máximos favoritos.

• Thibaut Courtois es el nuevo portero el Real Madrid. El equipo merengue anunció la contratación del portero belga por un importe de 35 millones de euros por las próximas 6 temporadas. El acuerdo incluye la cesión del mediocampista Mateo Kovacic al Chelsea por una temporada sin opción de compra.

• Guaros de Lara de la Temporada 2018 de la LBP. En el 7mo juego de la final de la LBP los Guaros de Lara se impusieron 97-86 a los Trotamundos de Carabobo y se consagraron campeones. Con esta victoria, los Guaros de Lara conquistaron su 2do título tras haber derrotado el año pasado a los Marinos de Anzoátegui.

• Coutinho cambia la ‘14’ por la ‘7’. Phillipe Coutinho lucirá un nuevo dorsal esta temporada en el Barcelona, tras pedir la camiseta ‘7’ que estaba sin dueño en la plantilla. Esta camiseta estaba reservada para Griezmann, pero tras no lograr cerrar su incorporación, será el brasileño quien luzca ese dorsal.

El fútbol americano es el deporte más popular en los Estados Unidos. Cada año registra más de 110 millones de espectadores, además la asistencias promedio a cada juegos esta por encima de las 70.000 personas. Y el fútbol americano colegial, al menos en su nivel máximo, es indiscutiblemente el segundo juego más popular de la nación en términos de cifras de asistencia y televisión. Es increíble que en algunos lugares el fútbol americano colegial genera más devoción que las competencias profesionales. Por su parte el béisbol, el llamado "pasatiempo norteamericano", se encuentra detrás de estos dos gigantes.

¿Creen posible que una persona sin ningún tipo de habilidad para jugar al fútbol pueda fingir durante 20 años ser un futbolista profesional? Esta es la historia del brasileño Carlos Henrique Raposo, un futbolista de mentira que engañó al mundo del futbol.

Todo empezó en 1986, cuando Carlos tenía 23 años y soñaba con ser un futbolista exitoso, o mejor dicho, vivir la vida de uno. Para ese entonces puso en marcha su plan y se paseaba por las discotecas más famosas de Brasil en busca de futbolistas elite. Fue allí donde conoció a Mauricio de Oliveira Anastácio, un emblema del club Botafogo. Carlos derrochaba carisma y simpatía, cosa que fue suficiente para convencer a Anastácio de convertirse en su representante y convencer a los directivos del Botafogo de contratarlo.

Lo primero que hicieron fue conseguirle un apodo, “Kaiser”, debido a su similitud física con Franz Beckenbauer. Le armaron un falso curriculum donde decía que había formado parte del Independiente campeón de la Libertadores y la Copa Intercontinental de 1984, aprovechando que en ese equipo había un jugador llamado también Carlos Henrique y que tenían cierto parecido físico. Consiguieron una foto que supuestamente probaba esto, y listo: Carlos Kaiser era jugador del Botafogo y la mentira más grande la historia del fútbol se había puesto en marcha.

Pero este tipo no tenía ningún tipo de habilidad y, supuestamente, era delantero ¿No notarían en el club inmediatamente que se trataba de una farsa? Es acá donde entra en juego la gran astucia de Carlos Kaiser. ”Iba a los entrenamientos y a los pocos minutos de ejercicios me tocaba el muslo o la pantorrilla y pedía ir a la enfermería. Durante 20 días estaba lesionado. En esa época no existía la resonancia magnética”, admitió Carlos. Y así pasaban los meses entre lesiones falsas. Gracias a su gran personalidad, logró hacerse amigo del crack brasileño Renato Gaúcho, quien consiguió que el Flamengo lo fichara, donde continuó con sus estafas.

En su estadía en el Flamengo llegaba a los entrenamientos hablando por celular en inglés con supuestos agentes europeos y fingiendo lesiones para evitar entrar al campo. Fue así como logró su primera experiencia internacional. Gracias a sus buenos contactos y una gran relación con la prensa consiguió que el Puebla de México se interesara en él. Eran otros tiempos, no había internet. Un buen artículo falso escrito a su favor y unas buenas palabras de sus colegas bastaron. Su estadía en México fue corta, así que luego se mudó a Estados Unidos donde fichó con El Paso Patriots, todo esto sin disputar un solo minuto de juego.

Posterior a esto volvió a Brasil de la mano del Bangú en 1989 y es aquí donde recogemos la mejor anécdota de su carrera. Su equipo perdía 2-0 y su entrenador le dice que debe entrar al partido, que era una petición expresa del Presidente del club. Mientras Carlos se disponía a calentar, pensaba en la forma de librarse de entrar. Es entonces cuando vio que algunos hinchas estaban insultando al equipo detrás del alambrado, así que saltó la cerca y se peleó con ellos. Obviamente fue expulsado antes de poder entrar al campo. En el entretiempo el Presidente va enojado a buscarlo, pero Carlos habló primero e hizo gala de su poder de convencimiento: "Antes que diga cualquier cosa, Dios me dio un padre biológico y me dio otro, a usted. Así que nunca voy a permitir que los hinchas digan que mi padre es un ladrón, que hace cosas malas y eso es lo que dijeron los hinchas de usted. Perdón doctor, de acá a 15 días se va a librar de mí". El Presidente lo abrazó e hizo que inmediatamente le renovaran contrato por 6 meses más.

Finalmente cumplió el sueño de todo futbolista sudamericano: llegar a Europa. El Ajaccio de Francia lo fichó en 1990 como una estrella. Pero apenas aterrizó, se encontró con un problema en su presentación en el estadio, ya que debía entrenar frente a los hinchas. "Se iban a dar cuenta de que era horrible. Así que empecé a agarrar las pelotas y patearlas a los hinchas mientras saludaba y besaba el escudo, los aficionados enloquecieron", recuerda Carlos. Y cuando le toco debutar sólo disputó 20 minutos, cuando fingió un desgarro muscular y pidió seguir en el campo a pesar del dolor por “amor a la camiseta”, la afición se derritió por él.

Fuente

Tras su experiencia en Francia, retornó a Brasil donde logró jugar en grandes clubes como el América, Vasco da Gama, Fluminense, Palmeiras y Guaraní; y compartió vestuario con leyendas como Ricardo Rocha, Renato Gaúcho, Romario, Bebeto y Branco. Finalmente decidió retirarse a los 38 años, poniendo fin a la mayor farsa en la historia del fútbol mundial. No se hizo millonario, pero durante 15 años vivió la vida de excesos de un futbolista profesional sin tocar un balón.

"No me arrepiento de nada. Los clubes engañan mucho a los futbolistas. Alguno tenía que vengarse de ellos.”