En algún momento el sueño tomó otro curso. Estaba contando ovejas para poder dormir y de repente eran las ovejas quienes contaban distintas versiones de la muñequita de trapo (que era ella). Por lo poco que pudo entender, luego de un breve motín las ovejas tomaron las riendas, se acostaron a descansar, y a contar se ha dicho.
Amanda Reverón
Del libro de relatos/Bitácora del sueño
2013
Como siempre, un gusto leerte apreciada @amandareveron!!!
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