Historia de amor imposible.

Ellas me detestan por ser estúpido,
y yo un tío con suerte, que suelo superar rápido las cosas, las termino olvidando.
Y después de tantos portazos y fracasos,
he comprobado que las promesas no van conmigo.
Siempre que las saco a pasear de la mano,
acaban desprendiéndose de mi y se me escapan o yo las termino extraviando.
No sé como, pero siempre me pasa.
He recibido la factura y me ha costado caro pagarlo,
tanto que he tenido que ponerlos en cuotas para asumirlos cómodamente.
Todas mis ex coinciden en que debería buscar psicoterapia
para arreglar mi falta de compromiso con las promesas,
y pueda que tengan razón. Solo espero dos cosas.
La primera, que cuando vaya a mi primera sesión con el especialista,
no sea el único esperando en la sala.
La segunda. A ti cariño que lees esto,
procuraré no fallarte en el intento de quedarme siempre contigo.
Las promesas y yo. Una historia de amor imposible.