¡Jajaja!
Me ha costado enterder lo de morir abrasado.
Aunque no lo creáis, aún existe una minoría de hispano-hablantes (unos 30 millones, no muchos) escondidos en una península europea que mantiene el arcaismo S-Z vivito y coleando. Nos empeñamos en seguir pronunciando (y leyendo) las cetas y las eses de forma diferente.
Y sí, leer "sapato" en vez de "zapato" nos deja K.O. por unos segundos, y sólo el contexto nos salva.
Así que sí, una buena ortografía es de agradecer.