Un joven profesional en Venezuela

in cervantes •  7 years ago  (edited)

La economía del venezolano

Desde muy pequeños a la mayoría de nosotros nos forman para ser hombres y mujeres de bien, hombres trabajadores, donde el éxito de la vida consiste en tener un buen carro, una buena casa y un buen trabajo y nos amoldamos a ese paradigma. Venezuela fue un país en algún momento capitalista. Era reconocido a nivel mundial por su riqueza y por su enorme capacidad en recursos naturales.

Teníamos el oro, la plata, el diamante, teníamos hierro, aluminio y sobre todo teníamos PETRÓLEO.

Desde una perspectiva muy personal yo, Benayet, también quería ser parte de ese paradigma, ese modelo donde trabajar en una buena empresa, quizás alguna transnacional aseguraba tu futuro y el de tu familia. Para eso me forme. Lastimosamente, con el pasar de los años y el pasar de los gobernantes, mi país pasó por un período de transición. Donde un nuevo modelo de gobierno hacía promesas utópicas, el SOCIALISMO. Aclarando nuevamente que esta perspectiva es muy personal, el socialismo logró romper con ese paradigma de “éxito en la vida” donde ahora lograr ese éxito es “tener que comer mañana”.

Y en eso nos convertimos.

Yo por mi parte, logré conseguir trabajo, me formé, me preparé y corrí con la suerte de entrar en una empresa donde puedo ejercer mi carrera, logré un hito importante ¡y vaya que me gusta lo que hago!. Sin embargo con esta economía, todo el esfuerzo y esmero se ve desmotivado por la situación ¿y se preguntarán por qué?

En otros países el trabajador promedio genera lo que aquí llamamos un sueldo mínimo nacional al mes, ese sueldo es lo mínimo que por ley puede ganar una persona por hora, por día o por mes de trabajo. Ese sueldo mínimo les alcanza para satisfacer sus necesidades, vestido, alimentación, servicios y arriendo.

Como Inspector de calidad de procesos, que es a lo que me dedico para los que no han leído mi Introducción a Steemit, genero actualmente tres sueldos mínimos al mes. ¿Se imaginan a un peruano ganando 2550 soles por mes, a un argentino ganando 28500 pesos argentinos por mes o a un español ganando. 2450 euros al mes? !Seria genial¡. Pues lastimosamente en Venezuela ese no es el caso, tres sueldos mínimos al mes por la superinflación que sufre este país no alcanzan para “vivir” quince días.

Me disculpo por tan extenso preámbulo, pero considero necesario brindarles algo de contexto a los que leen este post.

El punto retorcido de este asunto es que un venezolano promedio sobrevive, usando el dólar como referencia, con cuatro (4) dólares al mes. (Sí, eso es un sueldo mínimo nacional en este país) y un profesional, algún licenciado o ingeniero, con mucha suerte llega a ganar un máximo de quince (15) dólares al mes (y estoy exagerando). ¡Un completo absurdo!. Y entramos en la disyuntiva de pensar “¿Para esto estudiamos, para estos no formamos?”. Es curioso, por no decir que es triste. En esta situación nos encontramos los profesionales de este país, con ese falso sentimiento de estabilidad, pensando si el amor a nuestra carrera y el calor de nuestro hogar valen lo suficiente como para sacrificar nuestro futuro y no emigrar. Aquí estamos muchos jóvenes buscando alternativas para generar ingresos y no ser arrastrados por la marea.

Aquí estamos, aquí sobrevivimos.

En esta vida corta de tiempo, debemos hacer bien nuestras elecciones, nuestro tiempo se acaba. Jóvenes profesionales, no nos rindamos. aprovechemos nuestro tiempo en Steemit donde, por lo menos en mi humilde opinión, podemos desahogarnos y solventar parte de nuestra situación.

Me despido con una frase que rompe ese paradigma material sobre “el éxito de la vida”.

“La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar ❤”.

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-Benayet Franco.

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Tristemente hermano.
Nos quitaron todo.
Bueno, por lo menos uno busca su acomodo, con mucho sacrificio.
Bueno, acá los venezolanos estamos para apoyarnos. Yo apenas estoy entrando en este medio, te seguiré y cuenta con mi voto en esos post.
Saludos.

Es nuestra triste realidad amigo, algún día reclamaremos lo que es nuestro por derecho, Nuestro país.
Saludos, un abrazo.

Amén.

Uno te lee y asoman las lágrimas pues, a la juventud, le han robado aquello que los mayores tuvimos y llamamos calidad de vida. Dios quiera y la situación pueda cambiar pronto para todos pues, la desmotivación ha hecho que nuestro país se vaya quedando sin juventud valiosa que tiene que emigrar para aspirar a un mejor futuro. Te felicito pues como joven tienes mucha madurez y estás centrado. Mis respetos y mi humilde voto.

Gracias amiga, estoy seguro de que las cosas cambiaran.

Comparto contigo esto que escribí algún tiempo atrás, y lo titulé "Pobre Petroleo":
Pobre petróleo utilizado para callar el canto sencillo en el corazón de los venezolanos, para cerrar sus ojos amenazados por el sueño y la fatiga de la esperanza sin frutos, como el arrullo de los cantos de sirena.

Utilizado para alargar caprichos de 14 años, para hacer pensar que el vasallaje al imperio sin cara, es peor que el vasallaje al imperialista de adentro con cara bien marcada.

Pobre petróleo que te volvieron salvoconducto para el gesto iracundo, para la ofensa, para el secuestro de las fuerzas de los ciudadanos, para imponerle lo que tienen que buscar en la vida, rezarle a Dios y anhelar en la intimidad.

Pero hay millones con una misma sangre y un mismo latido, dispuestos a no cambiar la resignación por el sudor, y jamás preguntarnos quién es el amo.

Pobre petróleo que sin querer te hicieron cambiar ríos resonantes por inertes soledades, por ir a celebrar desfiles de heroísmos calenturientos.

Si fuera idealismo lo entendería, pero es más bien vago incienso, trazos de pinceles aguados y licor en fiesta. Por eso no dudo que los promotores se entierren en sus propias fosas.

Pobre petróleo que no te dejaron echar raíces por lo que se frustra tu anhelo de dar frutos.

Los venezolanos revivimos la esperanza, pero queremos todos empujar el mismo barco, si no todo cambio habrá sido en vano; si no, es imposible emprender el camino largo y arduo que nos han dejado; como imposible también será hacer que el petróleo sea más rama que aves y más beso que suspiros.