Pues sí, en la madrugada de este viernes 27 de abril, varios estados de Venezuela fueron sacudidos con un sismo de 4.7 de magnitud en la escala de Richter con epicentro en el sector El Morón, estado Carabobo.
Eran las 4:45 am cuando me sorprendió el temblor. Yo me había despertado antes de que la alarma sonara y decidí quedarme un rato más en la cama a esperar unos minutos más (unos buenos minutos más)… me puse a ver publicaciones en la red social Instagram y de repente mi cama se empezó a mover, yo estaba tranquilita (al momento pensé que eran ideas mías), pero enseguida empezó a moverse la mesa de mi computadora, mi cama siguió sacudiéndose un poco más y se calmó.
Empezó a ladrar un perro fuera del edificio y ahí fue cuando dije: ¡acaba de temblar!
Me quedé un rato más en la cama para asimilar un poco el susto. Me dieron ganas de llorar. Sumado a eso que me había acostado a dormir molesta con el país y con todo lo que nos está ahogando a la mayoría de los venezolanos. Sí, me dormí enojada con mi país y con todo.
Y un sismo nos madrugó. Estas cosas de la naturaleza no me gustan. En fracciones de segundos podríamos perder la vida y con esto lo que me queda es que mientras tengamos salud, lo demás se puede conseguir.