Puede que no tengamos que ser felices, puede que la gratitud no tenga nada que ver con la alegría, puede que ser agradecido signifique estar contento con lo que tienes, apreciar las victorias, admirar la lucha que implica seguir viviendo. Quizás estamos agradecidos por lo que nos resulta familiar y puede que por las cosas que no sabremos nunca. Al final del día el simple hecho de tener el valor de no derrumbarnos, es suficiente motivo para celebrarlo.
A veces tenemos pequeñas heridas o cortes de los cuales sale tanta sangre que parece que no se detendra. colocas unas curitas, colocas vendas, gasas, y no se detiene. hasta que haces un poco de presion, uno piensa “Todo sangrado debe parar”. Es algo así como nuestra propia versión del “Esto también pasará”. Con el tiempo, toda crisis llega a su fin. Así que, de una forma o de otra, el sangrado se detendrá. En realidad, me atrevería a decir que este dicho no es tan reconfortante. Todo sangrado debe parar. A veces, hacerlo tiene un costo. Pierdes el brazo, quitas el órgano. siendo extremista jajaja, pero si, decides vivir con la pérdida porque, al final del día, harás lo que puedas por seguir vivo. Y, a veces, por algún milagro, funciona. El sangrado para.