Con "Spellbound" los italianos de Sadist nos regalan una interesante pieza de death metal progresivo con unos muy interesantes toques de funk metal, gracias a los arreglos del bajo, y algo de experimentación con sonidos fuera del metal, lo que incluye una gran cantidad de sintetizadores, pianos y efectos electrónicos. Lo que lo hace muy distinto al típico disco del género.
Publicado en noviembre de 2018, la octava placa de la banda exhibe brillantes solos de guitarra con inspiración heavy/hard rock, gracias al líder de la agrupación, el guitarrista y tecladista Tommy Talamanca. Así mismo una profunda voz gutural con chillidos escalofriantes, una potente batería con brillantes momentos técnicos, distorsiones industriales en las guitarras y melodías de suspenso cinematográfico de teclados. Así es el tema "The Birds", un extraño híbrido entre el death y el rock gótico.
Lo misterioso del disco, nunca mejor dicho, además de su concepto alrededor de la figura del director de cine Alfred Hitchcock, es que no es tan progresivo como otros exponentes, sino que se decanta por riffs pesados y batería potente, pero donde el mayor protagonista es el ambiente creado electrónicamente.
Esto puede ser confuso por momentos, porque con una voz totalmente extrema, a veces se confunde si el disco es experimentación de rock goth o death progresivo con arreglos. No es lo que han hecho otras agrupaciones con saxofones, extrañas fusiones con música antigua o fusión avantgarde, sino que con un interesante juego de bajo y batería de metal jazz, se cede demasiado terreno a un rock electrónico que deja en segundo plano a lo más pulido de la composición.
Epilepticamente, el disco exhibe destrezas en las cuerdas y arreglos intrincados pero no hay descansos suficientes en los teclados como para dejarlos brillar. El bajo, entre funk y progresivo, merece más espacio, mientras las guitarras quedan opacadas en momentos inadecuados.
Sin embargo, con un corazón y oídos abiertos, fuera del tema netamente metalero, se pueden apreciar estas incursiones. El tema "Notorious" incluso incluye percusión menor tribal y algo de funk. Lo más negativo es que terminamos sin saber si la calidad de sonido, un poco lo-fi, fue una especie de homenaje al director de cine, o un error de cálculo.
Lo mejor del disco empeiza con el séptimo tema, "Stage Fright" donde parece rememorar un poco más a lo logrado por Sigh con sus mezclas con psicodelia o acaso el género de black metal / space rock. Los riffs se vuelven más complejos y preponderantes, el juego de bajo/batería se complejiza y hay mucho más espacio para el metal, pero sin abandonar el concepto, incluyendo un interludio de solo piano. Los ritmos se ponen aún más pesados.
Un caso similar pasa en "I´m the man who knew too much", con una voz cavernosa y agria sobre una melodía de piano reverberado, con el resto de instrumentos en segundo plano hasta que evoluciona en blastbeats, death progresivo con solos hardrock y muchísimo frenesí extremo. Para cerrar de nuevo con un arreglo muy técnico de batería, mezclando lo crudo y lo melódico alternativamente.
Un disco definitivamente extraño, con su mejor momento en la canción "Frenzy", con ritmos de inspiración oriental, un sano equilibrio entre metal extremo y arreglos electrónicos y la siguiente "The mountain eagle" con su bajo funkeado, guitarras alternativas y batería enfocada en intricados arreglos de platillos, aunque con demasiados teclados, es una buena pieza que podría ser muchíimo mejor sin esas atmósferas.
Escúchalo aquí https://scarletrecords.bandcamp.com/album/spellbound