La crisis humanitaria en Venezuela es compleja. Tanto que incluye una arista ambiental poco observada o documentada. Con mi trabajo como corresaponal de Mongabay he podido encontrar como las invasiones por falta de vivienda, para abrir conucos o como oficio malicioso para vender tierras, la minería ilegal o los derrames petroleros de una PDVSA en ruinas aumenta las amenazas sobre especies como el flamenco rosado, la tonina rosada, el manatí, el mono araña café o incluso algunas mucho menos conocidas pero ugualmente endémicas, es decir, que sólo existen en Venezuela, y a veces sólo en una pequeña parte del país.
El mono araña
La invasión de la Estación Experimental Caparo, en Barinas y bajo administración de la Universidad de Los Andes (ULA), tiene un nuevo capítulo fatal desde enero de 2018. Bajo el estrambótico nombre de Cooperativa Embajadores de Cristo 777, unos 400 invasores se metieron a lo que queda del último relicto boscoso llanero de Venezuela y Colombia. Allí durante décadas el lugar ha sufrido de tala ilegal para comercializar su madera, cacería, invasiones para producción agrícola y ganadera, así como para reventa de lotes. Ahora, en el pequeño espacio que queda, la bióloga colombo-venezolana Diana Duque-Sandoval tiene un programa de conservación del mono araña café, ya casi extinto y distinto al encontrado en Colombia. A pesar del apoyo internacional, poco o nada ha sido escuchada en el país, especialmente por las instituciones ambientales locales. Ahora, el peligro sobre este primate aumenta con esta nueva invasión. Y el Ministerio de Ecosocialismo y la Guardia Nacional están ignorando la orden judicial de desalojo contra quienes entraron ilegalmente en esta Área Bajo Régimen de Administración Especial. Lee más sobre la invasión aquí y sobre el programa de conservación aquí.
Una cabaña abandonada ocupada ilegalmente dentro de la Reserva Forestal de Caparo Fuente: Diana Duque-Sandoval
Aves de Yaracuy
En este estado llanero, cuyo 75% del territorio está bajo figuras legales de protección ambiental, están aumentando las invasiones con tala y quema, para establecer viviendas y conucos para sobrevivir. Dos observadores de aves incluso hablaron con los invasores que sientesn que no tienen otra salida, pero el lugar es hogar de cientos de especies de aves, locales y migratorias, incluyendo siete endémicas y otras ocho especies de mamíferos endémicas sólo existentes en la Sierra de Aroa, cuenca del río del mismo nombre: la Musaraña de la Sierra de Aroa, un murciélago (Myotis Handleyi), el mono Araguato, el mono capuchino y cinco roedores: la Rata de Agua de Pittier, el mamífero con más cromosomas del mundo (92) y en situación Vulnerable según la IUCN; el ‘overlook spiny pocket mouse’ (Heteromys catopterius) descubierto apenas en 2010; la rata caracol del arroz; el ‘Charming Climbing Mouse’ (Rhipidomys venustus) y ‘Guaira spiny rat’ (Proechimys guairae).
Deforestación por incendio provocado en la Sierra de Aroa. Foto: Delvis Romero.
De nuevo, a pesar de las denuncias del propio gobernador, Julio León Heredia, quien emitió un decreto para sancionar a quienes abrieran espacios en áreas protegidas para criar ganado o sembrar, han sido ignoradas por el Ejecutivo nacional. Para esta nota por fin pude hablar con una fuente oficial, un funcionario del Ministerio de Ecosocialismo, que dijo que no entendía porqué no se hacía nada contra los culpables bien conocidas, en sus propias palabras.
Puedes leer mi reportaje al respecto aquí
Manatíes y corronchos
Con los derrames petroleros sobre Paria, provenientes de Trinidad y Tobago, y los dos sobre el río Guarapiche (en 2012 y 2018), los manatíes que viven en el Delta del Orinoico en el estado Delta Amacuro así como en el Caño La Brea en la desembocadura del río Guarapiche en el río San Juan, pueden morir por respirar agua contaminada y perder el alimento que consiste especialmente en manglares. Pero además hay cuatro especies de peces, caracterizadas en la última década, que también podrían fallecer por la presencia de hidrocarburos en el agua. Esta son la sardina pintada (Bryconamericus yokiae), la mojarra (Creagrutus hysginus), el corroncho (Chaetostoma venezuelae) y la aguja (Farlowella venezuelensis). De nuevo, respuesta oficial escasa, dudosa y prohibiendo el acceso de los científicos para estudiar la muy diversa cantidad de bosques y fauna dulceacuícola del lugar. Puedes leer sobre esto aquí y sobre el derrame en Paria en 2017 aquí. En este último se reportó llegada de crudo a varias playas de anidación de tortugas marinas.
Fuente: Plixio
Tonina rosada
Y quizás el reportaje más dramático, es el aumento o aparició de la cacería dirigida contra flamencos, toninas rosadas, burros y tortugas marinas para consumo. Por la escasez de alimentos o su altísmio precio, comunidadfes indígenas y campesinas han recurrido a especies que nunca antes o muy ocasionalmente consumían. En el caso de las tortugas llegando a elevarse tanto su captura, que se siguió una ruta de contrabando hacia Asia por medio de Centroamérica después de cruzar la frontera hacia Colombia. Confiesan los abuelos wayuú, más conocidos como guajiros en Venezuela, que lo hicieron para enviar a los nietos a la escuela. Además, la pérdida de ingresos de lo s indígenas que capturan cangrejos azules ha llevado a colocar redes para capturas toninas rosadas o del Orinoco, que son distintas al del resto del continente por una especie de "aislamiento geográfico" que la llevó a evolucionar, siendo distinta en Venezuela. Puedes leer sobre eso aquí
Hermano, que lamentable situación. Es triste que nuestros espacios naturales se vean vulnerados ante la mirada cómplice de las "autoridades".
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