Hola mis apreciados amigos de steemit, hoy quiero contarles una historia de la vida real de cuando era pequeña y lo que es la inocencia de un niño. Cuando yo tenía 12 años, en el campo donde residía con mis padres, mi papa tenía un pequeño expendió de víveres (bodega). Entre los vecinos había un ranchito que estaba disperso donde vivía el Sr. Manuel Antonio; como siempre solía visitar a mis amiguitos, un día el señor Manuel me hizo una pregunta ¿Que si quería escuchar una historia de su vida? al escuchar esa voz tan tenue y temblorosa de un señor de 105 años de edad me senté a escuchar su relato.
Así es como surgió mi gran héroe, siempre comenzó sus historias con su voz temblorosa usando una palabra común como "ANJÁ!", Su muletilla:
En mi juventud yo tenía un burro que se llamaba Toribio muy bueno y apreciado por mí, anjá en el que me trasladaba siempre para ir de casería a una laguna donde abundaban muchos patos salvajes (pato guire) anjá allí comenzó mi casería, le disparaba cabalgando desde mi burro Toribio a las bandadas de patos anja así pasaron varias horas y logre casar 80 patos, los cuales amarré de las patas y los aseguré del sillón de mi burro Toribio. Anjá ya de regreso al rancho, a orillas de la laguna, visualicé otra banda de patos y le dije a mi burro Toribio vamos a dispararle a este último grupo de patos, anjá como estos estaban retirados de la orilla de la laguna me bajé de Toribio, caminando y me introduje en la laguna, donde el agua estaba muy fría cubriéndome la cara y los brazos con Bora de rió; me les acerqué sigilosamente, anjá entonces escuche un ruido fuerte que me dejó impactado, al voltear vi con asombro cómo los patos salvajes heridos, que estaban amarrados al sillón de Toribio, alzaron el vuelo llevándose a mi burro amado, así les grité con voz fuerte ‘’¡¿Pa’ dónde a mi burro? Que es lo más preciado que tengo!’’ . Preparando mi bacula (escopeta) y disparándole con mucha precisión a la argolla de bronce que sostenía el sillón para no herirlo, mi burro cayó a la laguna, me llené de alegría y felicidad al ver que estaba de nuevo conmigo. Les grité a esos animales salvajes ‘’¡Se pueden llevar el sillón, pero a mi burro me lo dejan, caramba!’’, anjá fue allí donde vi que un papelito blanco caía desde el cielo hasta orilla de la laguna, apresuradamente lo agarré y lo abrí leyendo textualmente ‘’Sr, Manuel, tenga cuidado al disparar porque le acaba de romper el escritorio a San Pedro’’.En mi juventud tuve un burro llamado Toribio muy bueno y apreciado por mí, anjá en el que siempre me movía para ir de casería a una laguna donde abundaban muchos patos salvajes (pato guire) Anjá allí comenzó mi gran, le disparaba a caballo desde mi Don Toribio a las bandadas de patos anja. Pasé varias horas y logré casarme con 80 patos, que até de las piernas y aseguré el sillón de mi burro Toribio. Anjá ya de regreso al rancho, a orillas de la laguna, visualicé otra banda de patos y le dije a mi burro Toribio que vamos a dispararle a este último grupo de patos, anjá ya que fueron sacados de la orilla de la laguna que obtuve de Toribio, caminando y entré a la laguna, donde el agua estaba muy fría, tapándome la cara y los brazos con Bora de río; Me acerqué a ellos en silencio, y luego escuché un fuerte ruido que me dejó conmocionado, cuando volteé vi con asombro cómo los patos salvajes heridos, que estaban atados a la butaca de Toribio, despegaron tomando mi amado burro, por lo que Les grité con voz fuerte "¿Dónde está mi burro? ¡Cuál es la cosa más preciosa que tengo! "Preparando mi bacula (escopeta) y disparando con gran precisión el anillo de bronce que sostenía la silla para no lastimarlo, mi burro cayó al estanque, me llené de alegría y felicidad al ver que él estaba conmigo otra vez. Grité estos animales salvajes '' Puedes tomar la silla, pero mi burro me queda, querido! '', Anjá fue hasta allí y vi un pedazo de papel blanco que caía del cielo al borde de la laguna. Lo agarré apresuradamente. y lo abrí leyendo textualmente. '' Señor Manuel, tenga cuidado al disparar porque acaba de romper el escritorio de San Pedro ''
Y así concluyó la primera historia de mi héroe Manuel. Pasado el tiempo, continuaba visitando al señor para escuchar sus historias que me parecían grandiosas, pero ahora le llevaba su respectivo obsequio, que era una cuarta de tabaco la cual le pedía a mi papa para regálasela a Manuel
Agradecemos que se haya tomado su tiempo para leer nuestra publicación y esperamos que le guste. Como siempre, si quieres dejar algo en los comentarios, nos encantará leer.
Desde este lado del mundo, siempre es un placer escribir para ti @lavidaalnatural.
Anjá, que es interesante observar la gran riqueza cultural que nos legaron nuestros mayores. No importa lo fantásticas que sean las historias que nos contaban, sino la felicidad que transmitían y el ensueño que nos provocaban. Tú Manuel, estimada amiga, como mi Manuel, transmitían sabiduría hablando o en silencio. Observarse en su espejo, de alguna manera, es volver a vivir y pensando en sus enseñanzas, por qué no decirlo, volver a crecer. Espero que continuemos disfrutando con las aventuras del Señor Manuel. Saludos cordiales
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