Pero más importante que renovar tu ropa es conservarla, porque aunque podamos comprar y reemplazar nuestro vestuario, la ropa que nos sienta bien queremos que nos dure mucho tiempo. Para ello debemos tener en cuenta algunos recursos que nos permitirán alargar su vida útil. Por ejemplo: usar un detergente suave para lavarla es clave para que no se decolore o se deteriore rápidamente; otro factor que puede desgastar tu ropa es la forma como la secas: la máquina secadora maltrata las fibras de las telas y las decolora. Lo ideal es secarlas colgadas en un lugar aireado, sin que reciban directamente la luz del sol.
Para conservar tu ropa también es importante estar pendiente de cualquier pequeño descocido que encontremos para repararlo antes de que se convierta en un desgarrón imposible de reparar. Además revisar periódicamente que los botones estén firmes en su lugar, porque perder un botón podría significar la pérdida de tu prenda favorita. Así que cuando descubras que uno de los botones está flojo, ajústalo con unas cuantas puntadas.
Conservar tus prendas favoritas es como conservar a tus amigos, solo tienes que darles amor y atención; de esta manera te pueden durar toda las vida. ¡cuidalos!