¡Hola, querida comunidad! En esta ocasión traigo un poema para todos los que desean recuperar un amor, luego de tantos errores, luego de a veces no ser nuestra mejor versión, espero que lo disfruten.
Y aunque camino por el desierto que es tu alma,
no me rindo ante la tempestad de arena,
no me hundo ante el dolor de las penas,
y aunque temo por mi vida,
sigo caminándolo porque te amo de verás.
Es difícil transitar con tanta sed,
es difícil caminar con este sol que quema el alma,
es difícil no querer correr a la sombra,
pero aunque mi piel y mi corazón se tornen negros,
habré intentado recuperar tu dulce amor,
aun ardiendo en la hoguera del desencanto,
aun ardiendo en la hoguera del olvido,
aún congelándome también en el invierno de tu cuerpo,
aún congelándome en el frío de tu corazón.
Es difícil conquistarte,
pero no imposible,
mira como colonizó nuestras tierras el buen Colon,
así podría habitar tu alma yo, y alejarte del desamor,
déjame colonizarte,
como colonizan tus flores mi primavera,
como coloniza la puesta del sol el cielo a cuestas,
como colonizan las estrellas el firmamento ennegrecido,
como colonizan los peces el mar,
como colonizaron tus besos tantas veces esta piel lechosa,
como colonizó tu fuego mi cuerpo, debilucho ante tus caricias,
como colonizaron tus manos cada rincón de mi alma.
No hay nada que motive más a un enamorado que el reto de amar,
¿Por qué no dejas ya de dudar? Y te sumas a este sueño,
donde conquistamos el mundo tu y yo,
donde recorremos tierras lejanas,
donde somos un eclipse lunar,
alejados del dolor.
El amor es tan fuerte,
que sí no te resistes convertirá tu arenal interior,
en un lugar posible de habitar,
donde no faltara una lluvia de besos,
un mar de abrazos,
un rio de risas,
y terrenos fértiles para cultivar nuestro amor.
Aléjate ya de las posibilidades de que pueda salir mal,
juntos nada lo hará,
cree en esta mi honestidad,
que ante la posibilidad de perderte afloró,
afloró como los lirios,
para existir entre los dos,
y borrar de una vez por todas cada intento que falló.
En este tu desierto, a veces las corrientes de arena
anegan mis ojos de fluviales salados que brotan de mis adentros,
pero se secan ante un gesto, o una posibilidad,
una posibilidad de que me puedas tu amar,
que me puedas tu amar como te amo yo sin vacilar.