¡Hola steemers! Con esta entrada vuelvo a compartir con ustedes uno de mis artículos dedicados al área del cine y la producción de cine (que publico también en una página especializada, muy de vez en cuando). En esta oportunidad hago referencia a un importante recurso cinematográfico (por no decir indispensable), y súper común, sin embargo, a veces éste pasa desapercibido o simplemente se usa de manera bastante simple.
Como ya algunos sabrán, la elipsis es un recurso literario que los hacedores de cine tomaron. Según se puede leer en el portal web de nuestra santa Real Academia Española (RAE), ésta es:
f. Gram. Omisión de un segmento sintáctico cuyo contenido se puede recuperar por el contexto; f. Ret. Omisión intencionada de algún elemento del discurso para suscitar determinados efectos en el lector. f. T. lit. En narratología, omisión, en la secuencia del discurso narrativo, de segmentos de la historia que se narra.
Ahora que conocemos, a ciencia cierta, qué es una elipsis, vamos a lo que apunta esta publicación: su papel en la cinematografía.
Por supuesto que al contar una historia en el cine siempre se hace uso de la elipsis. El director corta y pega las tomas que desea que el espectador vea y con esto bastará para que la narración tenga sentido. Sin embargo, hay un uso más poderoso que se le puede dar a este recurso cinematográfico: el de la expresividad.
Cuando tomamos la elipsis como una forma propia de generar contenido ésta pierde su carácter fútil y se convierte en un actor más importante en la narración de la película. No es sólo un instrumento para suprimir sucesos sin importancia, ahora es una clave dentro de la cinta, un verdadero salto de tiempo o espacio. Pasamos de usar una elipsis común a una poética y artística.
Un clarísimo ejemplo de una elipsis bien ejecutada y trascendental es la que nos ofrece Stanley Kubrick en su película 2001: A Space Odyssey, con la que resume siglos de desarrollo tecnológico, científico e intelectual del ser humano.
Kubrick realiza un corte directo y se hace del movimiento para lograr el salto temporal. ¿Cómo plasmar el avance que hubo desde los agresivos chimpancés hasta los humanos que manejan naves espaciales? Una elipsis. Stanley se ahorró tiempo, escenas y demostró que con dos tomas bien montadas conseguía darle continuidad a su narración.
Esta forma de usar un recurso común de manera original nos demuestra una vez más que el cine no consiste únicamente en tomar una cámara, grabar un suceso y concatenar imágenes. Va más allá de eso. Es capturar las tomas correctas y montarlas de una forma en la que en conjunto transmitan más de lo que se ve a simple vista valga la redundancia para que nazca un relato único.
Sin duda, a mi parecer este es un recurso que, tanto en la literatura como en el cine, debe ser usado con más precisión, como todo un experimento que pueda ofrecer al lector o al espectador un producto con mayor significado.