"El doctor Higgs" capítulo segundo (novela corta de ciencia ficción)

in cervantes •  7 years ago 
El despacho del doctor estaba adornado de imágenes de criaturas de Lovecraft, así como de afiches de películas de Stanley Kubrick. Su escritorio lo adornaba un busto de Charles Chaplin a la derecha y uno de Einstein a la izquierda, quienes convivían con un par de gruesos volúmenes de libros de física de varios autores. También había un vaso de *Star Wars* con lapiceros de todos los colores, la madera estaba algo desgastada y hacía mal juego con el estado del piso recién pulido al igual que los cuadros, títulos y diplomas recién lustrados, parecía que jamás les hubiera entrado una sola mota de polvo.

—Me alegra que hayas venido, Caleb, toma asiento y disculpa, sé que mi oficina podría ser más hermosa y más pulcra pero de esas cosas no sé yo, incluso tengo sirvientes pero al final, quien fuera por ti a la puerta fue Victoria, pero esas cosas pasan en la vida—señaló Pavel, con sus ojos clavados en su taza de café caliente, parece que estaba disfrutando de la infusión, su voz se notaba energética.

—Muchas gracias por su oferta doctor…

—deja las cordialidades, Caleb—interrumpió él—, eso es en la universidad con los profesores exigentes y sin alma, a esas pobres criaturas que el diablo les succionó el alma a cambio de un salario digno y justo para algunos, lo mismo para los empresarios. Acá en este laboratorio no trabajamos con tanta cordialidad, eso es algo inútil, somos amigos, ¿no es así?—dijo esta vez clavando sus ojos en los míos.

—Pues, me parece algo excelente—le respondí finalmente con confianza.

—Ahora bien, Caleb—dijo de nuevo, mientras Victoria entraba por la puerta y él hacía ademán de que también tomara asiento. —Ya que están los dos aquí es mejor. Así tendrás a la hermosa de Victoria como testigo para que dé veracidad de las cosas que tengo que decir como método estrictamente introductorio para las almas que entran acá a trabajar, que sí, son pocas y pocas veces entran, ¿eh?—Pavel sonreía irónicamente, pero sin ninguna amargura en su tono de voz— En resumen, sus introducciones fueron las siguientes: primero, acordamos que se trabajaba de lunes a viernes, sábados y domingo si era necesario o si no teníamos vida fuera del laboratorio, podíamos trabajar las horas extras fines de semana. Segundo, estaba estrictamente prohibido entrar a los límites que él había marcado en su mansión, es decir, podíamos estar en el área del laboratorio, el recibidor y el comedor de su enorme hogar, pero de allí en adelante, no era problema de él lo que pudiera pasarnos.

—Doctor, ¿por qué me da este recordatorio?—preguntó Victoria hastiada.

—Porque puedo—repuso Pavel. Finalmente, acordamos mi sueldo, el cual por obvias razones sería inferior al de Victoria, pero superior por mis capacidades a comparación al del colega anterior.

— ¿Y qué pasó con el colega anterior?—pregunté.

—No me hizo caso, quiso adentrarse en la mansión, de hecho, se adentró y se perdió—rió el profesor mientras sacaba una cadena de su escritorio con un distintivo y aún en risitas sarcásticas dijo —fijaos que ni se llevó consigo esto, su distintivo, un diseño original para trabajar en mi laboratorio. No es una simple cadena de hierro, está hecha con una aleación especial de plata con acero, eso para que pueda llevar a este trocito de meteoro que hallé hace tantos años y claro, el distintivo, bastante original, ¿no es así?—concluyó el orgulloso doctor.

— ¿No hubo algún grupo de rescate encargado de la búsqueda del colega anterior?

—Para nada—contestó Pavel airoso—. Hace años que el mismo gobierno me exoneró de cualquier caso relacionado con perderse en esta mansión. Me costó un poco conseguirlo, pero el mundo se mueve si lo empujas un poquito con un buen incentivo. También confieso, y esto es algo que ya tu colega aquí presente con nosotros sabe muy bien, muchos empleados se han perdido durante sus horas laborales y jamás se les ha vuelto a encontrar, pues, mi mansión cuenta con una gran cantidad de cuartos, pasillos, pasadizos secretos, áticos secretos, callejones sin salida… Se han escrito libros de terror basados en esta mansión, así como también existen mitos y leyendas urbanas, y quién sabe, quizá hasta hagan alguna película. A través de las décadas me han preguntado por qué mi vivienda es así, y siempre respondo con «digamos que es para que el diablo no me encuentre», ni yo sé cuántos cuartos tengo. Y claro, todo científico loco necesita exacerbar a su locura todos los días, así como un buen cristiano reza a Dios y a Jesucristo. Pero en fin, comencemos a trabajar, vamos al laboratorio—ordenó Pavel mientras se levantaba de su escritorio bebiendo el resto de su café.

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Deseo una mansión así jo jo jo :P

continuando con la novela....gran creación.