Te propongo algo; se trata de un plan sencillo pero que promete ser espectacular si aceptas.
Perdámonos.
Tú y yo en un bote naufragando por las costas.
Lejos del murmullo de las personas, lejos de todo lo que resta, lejos de todo lo que ata.
Sólo tú y yo con el mar como testigo de nuestro amor.
¿Qué mejor lugar para sumergir nuestras penas y consumir nuestra pasión?
Dejemos que el melodioso ritmo del mar determine nuestro rumbo.