Cuántas veces hemos podido encontrarnos luego de una jardín que ha recibido los rayos del sol de la mañana que inicia para todos.
O luego de largas lloviznas para estar refugiados tras los vidrios de nuestro hogar y contemplar los jardines.
Sí, allí están junto a las hormigas y las flores que podemos ver tan próximos a nosotros, los famosos, y quién no ha visto a los chanchitos de tierra. Estos diminutos animalitos, también conocidos como cochinillas, pueden encontrarse en casi cualquier lugar húmedo, como en los jardines, debajo de rocas o maderas, en cúmulos de tierra. Sin embargo, contrario a lo que se piensa, no son insectos y se conoce muy poco sobre su naturaleza. Además, pese a que suelen matarlos, hay razones importantes para no hacerlo.
¿Qué son los chanchitos de tierra, realmente?
Los chanchitos de tierra, poseen como nombre científico el de Armadillidium vulgare, y son crustáceos.
Es decir, son más cercanos a los camarones, langostinos o a los cangrejos que a los escarabajos o cucarachas a los que nos producen tanta repulsión.
De hecho, no es un detalle menor, que en nuestras infancias muchos de nosotros jugamos con los chanchitos de tierra y nos brindaron alegrías como mascotas o hasta una pena enorme verlos muertos por accidente o peor por crueles personas que los mataban, pues la intuición dictamina que ellos son inofensivos, de hecho, graciosos y hasta de cierta forma algo tiernos.
Por ello no es menor que sea un detalle para probar aquello es contar su número de patas que poseen: las cochinillas tienen 14, mientras que los insectos poseen 6. Justamente los arácnidos poseen 8, por ejemplo.
Estas pequeñas criaturas son por ello, también denominadas isópodos, pertenecen al único grupo conformado por crustáceos terrestres en su totalidad: los oniscídeos. Así lo indica un estudio publicado en la revista científica Evolutionary Ecology, donde se afirma que su origen es poco conocido, pero se estima que podrían haber aparecido hace más de 300 millones de años.
Las cochinillas tienen un caparazón dividido en segmentos que les permite volverse bolita.
Asimismo, los chanchitos de tierra son independientes del medio acuático, pese a que la mayoría de crustáceos son animales marinos, por lo que son objeto de interés para investigaciones sobre la evolución de estos animales.
Las cochinillas necesitan humedad para respirar, pero se han adaptado tan bien a los entornos terrestres que incluso tienen la capacidad de canalizar el agua de las gotas del rocío hasta su organismo. Así también, aprendieron a enrollarse en forma de bola para conservar la humedad, además de hacerlo como mecanismo de defensa.
¿Por qué son importantes?
Las cochinillas se alimentan de materia orgánica muerta, por lo que cumplen un valioso rol dentro de la cadena alimenticia, como recicladores de nutrientes. Su dieta se basa, principalmente, en madera en descomposición y restos de vegetales.
Por otro lado, los isópodos son capaces de absorber altos niveles de metales pesados del suelo, que almacenan en sus vesículas. Por ello, son utilizados en estudios para monitorear la acumulación de estos contaminantes, como bioindicadores. En adición a ello, también pueden ser empleados para limpiar los suelos contaminados con tantos productos.
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