Película: FATHER FIGURES; USA 2018; Director: Lawrence Sher; Guión: Justin Malen; Protagonistas: Owen Wilson, Ed Helms, Glen Close
Entre hermanos hay pequeñas o grandes competencias, a veces sanas otras no tanto. La hermandad la conozco como la preeminencia del cariño fraternal, de la solidaridad, de compartir, de defender, de eso que los mexicanos llaman “carnal”. Ese sentimiento conlleva a asumir cualquier sacrificio por quienes amamos y cuyo vínculo no puede ser destruido. Momentos habrá de tentación a la ruptura con el hermano o hermana, momentos habrá de perdones y disculpas. Conozco relaciones entre hermanos completamente rotas que ni los funerales lograron curar. Y, como todo, no es la regla es la excepción. La elección de los amigos es previa a la amistad, se va formando por las vivencias y convivencias y es, en el fondo, una decisión asumirla o no. La hermandad no se elige, nos es dada por Dios, por el destino, por el Universo y la hermandad como dice la canción no es una carga, es mi hermano y recuerdo las muchas veces que esto fue así con mi propio hermano.
Mis sentimientos siempre están por encima de la crítica. La ubicuidad de ellos me permite disfrutar o rechazar una película. La parte, digamos, intelectual, la dejo para después, para cuando me siento conmigo mismo y participio en un cine foro. El cine ingreso por nuestros ojos la data proyectada en imágenes y el procesamiento de éstas la filtra el cerebro en múltiples departamentos y en uno de ellos -muchas veces- habita la estupidez. Por ejemplo, hay actores que me caen mal, esto pudiera ser una estupidez. La mayoría de las veces sin razón aparente. En algunos casos es una antipatía sintomática del rechazo y me niego a ver una película donde ese actor que me cae mal actúe. Caso de… Owen Wilson era uno de esos, pero en dos de sus últimas películas esa antipatía ha desaparecido, no llega a ser uno de mis favoritos pero ya no hay repulsión. Su actuación en Father Figures, es buena, bueno… no llega a candidato para un Oscar, ni siquiera para un Oscarcito, pero suprimió la antipatía. Father Figures no llega a ser una gran película, es una simple comedia ligera, con elementos muy de los norteamericanos (fútbol americano, carros, destape sexual, apología y perdón a las drogas) presenta una serie de conflictos humanos sin la necesaria profundidad en cada uno de los personajes. Ver Father Figures es para relajarse. No pasa de ahí. Si usted ha tenido conflictos con su o sus hermanos, tal vez reflexione al final. La película cuenta sobre el viaje de dos hermanos gemelos ya cuarentones en busca de su padre biológico. Sus antagónicas maneras de encarar la vida les conduce a resolver sus conflctos durante el viaje. La superficialidad hollywoodense resuelve el conflicto demasiado fácil. Pero para mí representó recordar momentos tristes, incluso dolorosos y muchos, muchos de sonrisas y alegrías… me recordó a mi hermano (QEPD) y la relación que tuve con él. Las veces que peleamos, las veces que nos entramos a coñazos, las veces que lloramos juntos, que desesperados encontramos soluciones a situaciones realmente duras en una de las más duras ciudades del mundo, México DF. Cuando compartíamos chicas, cuando compartíamos poca comida. Cuando adolescente muchas veces no me abrió la puerta cuando yo llegaba de madrugada y muchas no le abrí la puerta cuando él llegaba de madrugada. Contrario a lo supuesto, mi mamá conocía de esos eventos, oía nuestros susurros para evitar que ella escuchara, pero lo hacía y en silencio, mi querida vieja, reía.
Para un país como Estados Unidos donde el concepto de familia es un tanto raro o por lo menos es tan diferente al nuestro, las películas que tocan el tema familiar tienden a promocionar los valores que la familia debe poseer por ser familia. La hermandad no es solo cuestión biológica, es espiritual y si bien el primero es un vínculo más fuerte que el segundo, la calidad de amor está determinada por lo segundo. Amar al ser que amamos luego de saber verdades dolorosas, está más allá del perdón, porque lo seguirás amando pero esta vez con otra visión de esa persona, tal vez más admirable, tal vez con desconfianza, dependerá. O tal vez no. En todo caso contemplar los recuerdos en tecnicolor de mi hermano me llenaron de orgullo y del amor que siempre le tengo. No creo que le cuente esta película cuando me toque verlo de nuevo. No es así de buena. Pero seguro lo abrazaré.